"Lamentablemente, la situación en Sudán sigue siendo grave.
Por lo tanto, renuevo mi llamamiento para que cese la violencia lo antes posible y se reanude el camino del diálogo. Invito a todos a orar por nuestros hermanos y hermanas sudaneses", dijo el Pontífice en el Regina Coeli.
Desde el pasado 15 de abril se están viviendo enfrentamientos en Sudán entre el Ejército sudanés y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), combates que surgieron tras semanas de tensión en torno a la reforma de las fuerzas de seguridad en las negociaciones para formar un nuevo gobierno de transición.
Sin embargo, la emergencia en Sudán se suma a los muchos conflictos en curso en el continente africano, como en la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, recientemente visitados por el Papa, y sobre todo al sufrimiento que se vive desde hace más de un año en el corazón de Europa.
"No olvidemos a nuestros hermanos y hermanas ucranianos todavía afligidos por esta guerra", añadió el Pontífice, renovando su pensamiento para Ucrania, que reiteró en cada ocasión durante 13 meses, o desde el momento de la invasión de Rusia.
Pero el Pontífice, quizás uno de los pocos líderes mundiales, comenzó a preocuparse por Ucrania hace años cuando intuyó que el conflicto en el Donbass conduciría a una escalada de muerte y destrucción.
Es, por lo tanto, que con la cuestión ucraniana en el corazón, el Francisco partirá hacia Budapest el próximo 28 de abril para regresar dos días después (30).
La guerra y la cuestión de la acogida de los migrantes estarán en el centro de este camino apostólico, como él mismo anunció durante la oración del Regina Coeli que, en este tiempo litúrgico, sustituye al Angelus.
"El próximo viernes viajaré durante tres días a Budapest, en Hungría, para completar el viaje que hice en 2021 con motivo del Congreso Eucarístico Internacional. Será también un viaje al centro de Europa en el que siguen soplando helados vientos de guerra, mientras que los desplazamientos de muchas personas -dijo el Papa refiriéndose a la delicada cuestión de la acogida de los refugiados y los migrantes, respecto de la cual tiene visiones muy diferentes a las del primer ministro húngaro, Viktor Orban- pusieron en la agenda cuestiones humanitarias urgentes".
Luego se dirigió "con afecto a los hermanos y hermanas húngaros en espera de visitarlos: Sé que están preparando mi visita con mucho esfuerzo, les agradezco de corazón por esto. Y a todos ustedes -dijo dirigiéndose los fieles presentes en la plaza de San Pedro para la oración mariana- pido que me acompañen con la oración en este viaje".
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA