Y la participación vaticana en la muestra, presentada hoy en una conferencia de prensa, tendrá como tema "Amistad Social: reunirse en el jardín", con su inspiración sostenida en dos encíclicas del papa Francisco, "Hermanos todos" sobre la fraternidad universal y "Laudato si" acerca del cuidado de la creación y la ecología integral.
La muestra, que tendrá lugar en la Abadía de San Jorge Mayor, en los espacios expositivos y en el jardín del monasterio benedictino, invitará a los visitantes a "ocuparse del planeta como nos ocupamos de nosotros mismos y celebrar la cultura del encuentro", sintetiza así el curador, arquitecto Roberto Cremascoli, las enseñanzas del papa Bergoglio.
El comisionado, cardenal José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, y el curador invitaron a exponer en el Pabellón de la Santa Sede a una figura de prestigio indiscutible en el panorama artístico y arquitectónico internacional, como el arquitecto portugués Álvaro Siza (Premio Pritzker en 1992), junto al grupo italiano Studio Albori.
La primera parte del recorrido se desarrolla en las salas expositivas del monasterio benedictino, administradas por la Benedicti Claustra Onlus, con acceso a la Dársena Grande de la isla.
Recibirá a los visitantes la video-narración de Mattia Borgioli, que muestra el proceso que llevó a la realización de todas las instalaciones, desde la concepción de los primeros prototipos hasta su llegada a la isla.
La instalación "O Encontro", de Álvaro Siza recibe al espectador y lo conduce, en un diálogo entre las "figuras" diseñadas por el maestro, hasta los espacios externos, grandes presencias, cuyas geometrías y dinamicidad de movimiento aluden plásticamente a la corajuda visión social del papa Francisco.
Su sugestiva interacción crea un movimiento incesante, que culmina hacia el último monolito, llegando y guiando hacia el recobrado oro monástico y las estructuras de recibimiento exclusivamente creadas.
La nueva conformación del jardín, bajo diseño de Studio Albori, propone un paseo, en parte sombreado, gracias a pérgolas de madera y bambú, en parte a cielo abierto, entre las nuevas plantaciones.
"En la primera reunión en San Jorge, el cardenal Tolentino de Mendonça nos invitó a "dar un paso atrás en la arquitectura", y solo un poeta podía hacer una sugerencia tan delicada, normalmente se requiere más bien uno adelante. -rememora Cremascoli- Un paso atrás es aquel del maestro Álvaro Siza, que prefirió dejar que los espacios palladianos fuera tan importantes como su instalación, que dialoga y encuentra justamente aquellos espacios".
"Para mí fue una gran sorpresa, gracias al cardenal Tolentino, ser invitado a realizar esta intervención -subraya el arquitecto Siza, de 89 años, en conexión desde Porto-. Una gran sorpresa y también una preocupación para la responsabilidad que de ello deriva".
"La primera sensación fue una forma de miedo, pero el tema es una oportunidad total en medio de las noticias que se escuchan todos los días, que se leen en el diario o se observan por la televisión, esto era un tema indispensable", comentó.
"Y cómo se puede hacer la intervención? No se puede competir con la belleza de San Jorge. Entonces decido hacer una cosa contrastante, hacer una demostración de la necesidad de encuentro y de respirar solidaridad, esto fue la intención mía, utilizando la dimensión muy favorable de los espacios", aclaró el arquitecto.
Siza lamenta el no poder concurrir personalmente a la Bienal, pues no está en condiciones de viajar. "En Venecia, cuando se llega, la sensación es siempre de ser una nueva primera visita -observa-. Existe un primer momento de ansiedad y luego es como viajar en un sueño. Y es un sueño también el tema propuesto, con la situación de hoy, con tantos conflictos, tanta violencia: un sueño que espero, a lo mejor, no rápidamente, pero sí progresivamente, se haga realidad".
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