"En este día, Señor, te encomendamos la ciudad de Jerusalén, primer testigo de tu resurrección. Expreso mi profunda preocupación por los ataques de los últimos días que amenazan el deseado clima de confianza y respeto mutuo, necesario para reanudar el diálogo entre los israelíes y palestinos, para que reine la paz en la Ciudad Santa y en toda la región", dijo el pontífice en su bendición Urbi et Orbi.
Francisco lanzó, por tanto, un llamamiento a toda la comunidad internacional "a trabajar para poner fin a esta guerra -dijo refiriéndose a Ucrania- y a todos los conflictos que están ensangrentando el mundo, empezando por Siria, que aún espera la paz.
También, envió su apoyo a los afectados por el violento terremoto en Turquía y en la propia Siria.
"Oramos por los que han perdido familiares y amigos y se han quedado sin hogar: que reciban el consuelo de Dios y la ayuda de la familia de las naciones", añadió el Papa.
Luego, el Pontífice mencionó a Líbano "todavía en busca de estabilidad y unidad", ya Túnez con un pensamiento para "los jóvenes y los que sufren problemas sociales y económicos".
"Dirige tu mirada a Haití, que sufre desde hace varios años una grave crisis sociopolítica y humanitaria", pidió el Papa.
"Consolida los procesos de paz y reconciliación emprendidos en Etiopía y Sudán del Sur, y haz cesar la violencia en la República Democrática del Congo", agregó.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA