El testimonio de los niños que viven en los campos de desplazados fue presentado al Papa en su último viaje a Sudán del Sur; como siempre de Juba viene la historia de la monja que vio asesinar a una de sus hermanas misioneras y se lo contó al Papa en el encuentro en la catedral en febrero de este año.
Desde la República Democrática del Congo, el otro país visitado recientemente por el Papa, llegó la historia de la niña de Kivu del Norte, devastada por la guerra.
En los textos también está la historia de la mujer que el Papa conoció en Qaraqosh en su viaje a Irak en marzo de 2021. En otras meditaciones encontramos las historias de migrantes con las que el Pontífice también se ha topado repetidamente en Italia.
Se revela así la razón por la que no se eligió a un grupo de autores de las meditaciones, como siempre había sucedido. Es decir, se eligió poner en valor los testimonios recogidos en los viajes apostólicos y en los encuentros con el Papa de estas víctimas de guerras e injusticias. La colección fue editada por algunos dicasterios de la Curia romana.
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