"Pido a las partes de la guerra que respeten los lugares religiosos. Las monjas consagradas, las personas de cualquier confesión consagradas a la oración, son el apoyo del pueblo de Dios", aseguró esta mañana al final de la audiencia general en la plaza de San Pedro.
El Pontífice mencionó, en particular, la situación de las monjas ortodoxas del Lavra de Kiev, que corren el riesgo de ser expulsadas por ser fieles al Patriarcado de Moscú.
Aunque sin citarla expresamente, Francisco se refería a la obligación impuesta por el gobierno de Ucrania a los monjes de "Lavra" (de las Cuevas) de Kiev, para que abandonen el monasterio antes del 29 de marzo por la rescisión de su contrato, informó la agencia Asianews.
El patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Cirilo, apeló incluso al Papa y al secretario general de la ONU, António Guterres, para que "impidan la caza de los monjes", y también recordó la gran "unidad de los pueblos ruso, ucraniano y bielorruso", que tienen su origen común en Kiev, y que "se puede encontrar esculpida en los muros del monasterio de las Cuevas", según la misma fuente.
En ese contexto, se recordó que la Santa Sede "siempre dialoga con todos", como reiteró recientemente el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin.
De hecho, el argentino Jorge Mario Bergoglio, al mismo tiempo que lanzaba un llamamiento en defensa de los religiosos del Patriarcado de Moscú, pedía también rezar por Ucrania.
A Nuestra Señora "Consoladora de los afligidos y Reina de la paz, encomendamos también al pueblo ucraniano mártir", dijo Francisco en la misma audiencia esta mañana, en la Plaza de San Pedro.
Tal posición se inscribe en la decisión de Francisco de, por el momento, no ir a Kiev si no puede ir a Moscú y, en ese sentido, cumplir un rol para la paz hablando tanto con Volodimir Zelensky y Vladimir Putin.
Sobre el tema en particular de la Iglesia que en Ucrania permanece fiel al Patriarcado de Moscú, hay propuestas en Kiev (pero ninguna decisión) para prohibirlo.
Acusados ;;de colaboración con Moscú, varios sacerdotes y obispos ortodoxos han terminado enjuiciados.
Pero la idea de no permitir que los ortodoxos ucranianos fieles a Cirilo mantengan su fe podría resultar un boomerang para Ucrania, o más bien una decisión que puede ser criticada por los garantes de los derechos humanos.
Luego hay una cuestión ligada a las propiedades de las diferentes Iglesias.
Entre ellas, el conjunto de edificios religiosos mencionado esta mañana por el Papa.
El milenario complejo del Kyiv Pechersk Lavra, que incluye el Monasterio de las Cuevas, en orilla del Dnepr, estaba considerada la sede de la Iglesia Ortodoxa fiel al Patriarcado de Moscú. A fines de 2022, el monasterio quedó bajo la jurisdicción del gobierno ucraniano y confiado a la Iglesia ortodoxa autocéfala ucraniana.
En Navidad, por primera vez en la historia, los ortodoxos ucranianos que habían dado la espalda al Patriarcado de Moscú celebraron solemnemente en este lugar.
Ahora se piensa en el paso siguiente: la expulsión de los monjes restantes.
Pero los religiosos ya hicieron saber que no tienen intención de moverse: "No tenemos intención de irnos y no lo haremos", aseguraron claramente en un vídeo que circula en las redes sociales desde hace unos días.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA