Destacó que hay muchas más mujeres trabajando en el Vaticano" "Y es necesario eso. El machismo es malo. Y a veces el celibato te puede llevar a un machismo. Un cura que no sabe trabajar con las mujeres le falta algo, no está maduro".
"El Vaticano era muy machista todo, pero es parte de la cultura, no es culpa de nadie. Siempre se hizo así. Ahora están trabajando más", subrayó.
Otro de los temas que abordó fue el celibato en el sacerdocio: "El celibato en la Iglesia occidental es una prescripción temporal: no sé si funciona en un sentido o en otro, pero es provisional en ese sentido".
"No es eterna como la ordenación sacerdotal, que es para siempre, te guste o no", dijo. "Que te vayas es otra cosa, pero es para siempre. El celibato es una disciplina".
Francisco siempre ha estado en contra de la abolición del celibato en varias manifestaciones públicas a lo largo de estos casi 10 años de papado.
También fue consultado por los católicos que se vuelven a casar y reiteró -citando también al Papa Benedicto XVI- que muchos matrimonios en la Iglesia "terminan siendo inválidos por falta de fe".
Sobre las personas de tendencia homosexual, señaló que "si una persona de tendencia homosexual es honesta y busca a Dios, ¿quién soy yo para juzgarla?".
"Yo les pido a los padres que si tienen un hijo con tendencia homosexual, o una hija, que los tengan en su casa. No los echen como castigo. Que los acompañen".
En la entrevista en la Residencia de Santa Marta, en el Vaticano, también se le preguntó al Papa Francisco sobre temas políticos en América Latina y criticó a los gobiernos dictatoriales.
Respecto a Venezuela, cuando se le preguntó si veía alguna "luz de esperanza que pueda cambiar el régimen", el líder católico se mostró optimista. "Creo que sí porque las circunstancias históricas van a forzar la forma de diálogo que tienen. Yo creo que sí, es decir, nunca cierro las puertas a las posibles soluciones, al contrario, las aliento".
En más de una ocasión, el Vaticano se ha puesto a disposición para mediar en las conversaciones entre el régimen de Nicolás Maduro y la oposición. Actualmente se desarrollan negociaciones con la participación de Noruega, Cuba y, recientemente, Brasil en México.
El dirigente también fue consultado sobre Nicaragua, en la que el gobierno de Daniel Ortega viene actuando contra organizaciones humanitarias y educativas internacionales, incluidas las católicas, y deteniendo a opositores y religiosos.
"Con mucho respeto, no hay forma de no pensar que hay un desequilibrio en la persona que manda (Ortega). Tenemos un obispo en la cárcel, un hombre muy serio, muy capaz. Quería dar su testimonio y no aceptó el exilio", dijo.
En la entrevista, Infobae también le preguntó al pontífice si había visto la final del Mundial, en la que Argentina salió campeón en Qatar. Respondió que no la había visto porque estaba en una reunión. Bromeó al recordar que el partido contra Francia, y contra Holanda en semifinales, muestra cómo es el argentino.
"No la vi. Estaba reunido acá, con seis pilotos de Alitalia con sus esposas. Y en un momento que fui a buscar algo, cuando volví, uno me dijo 'Va ganando 3 a 0, o 2 a 0 o 3 a 1, no me acuerdo'. Y está bien dije, pero eso me hizo pensar una cosa que me permito decirla sin querer ofender, porque yo soy argentino también, pero un poco (refleja) nuestra idiosincrasia".
"En los dos partidos, el de Holanda y el final, comienza ganando 2 a 0; 3 a 1, ah, todos felices los argentinos; nos vamos al segundo tiempo y termina ganando los dos por un penal.
Por casualidad", añadió.
"Los argentinos tenemos eso: empezamos con entusiasmo las cosas y tenemos una cultura —no sé, al menos yo la tengo— de dejar a la mitad", dijo. "Y como que ya nos damos por vencidos antes de tiempo, o vencemos antes de tiempo. Sea en lo positivo o en lo negativo. Nos cuesta terminar el perfil de las cosas".
El argentino de 86 años también reveló que nunca tuvo un teléfono celular y que todas las publicaciones en las redes sociales o correos electrónicos enviados por él están escritos a mano.
"Se lo doy al secretario y él lo envía. No significa que esto sea mejor o peor. Es un límite que tengo, una incapacidad, por así decirlo", agregó.
Consultado cuándo fue la última vez que lloró, Francisco respondió: "Una vez en público no pude evitarlo, fue por la guerra: estaba dando un discurso y me salió esto, y no pude evitarlo", dijo probablemente refiriéndose al momento de oración el 8 de diciembre en Roma.
Añadió que llora "a escondidas": "Que lo interpreten los psiquiatras. Yo no me interpreto. A veces tengo este tipo de expresiones yo solo".
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