El Papa Francisco llegó hoy a Juba, la capital de Sudán del Sur, la segunda etapa de su viaje apostólico a Africa, tras visitar República Democrática del Congo, y se sumerge en país sufriente, empantanado en la pobreza y la violencia con sus ciudadanos acorralados por numerosos flagelos.
Sudán del Sur vive una grave emergencia humanitaria con dos tercios de la población sobreviviendo gracias a la ayuda humanitaria. Según las Naciones Unidas, 9,4 millones de las personas más vulnerables necesitarán asistencia y protección urgentes para salvar vidas en 2023, frente a los 8,9 millones en 2022.
Hay más de 2 millones de personas desplazadas en el país, muchas de las cuales permaneces desplazadas por años.
"Los efectos acumulativos y combinados de años de crisis relacionadas con el clima, como inundaciones y sequías, conflictos y violencia subnacional, han destruido los hogares y los medios de subsistencia de las personas, privándolas del futuro que se merecen", dijo la ONU en un reciente informe.
Además, por cuarto año consecutivo el país está en riesgo de inundaciones a gran escala, que causan destrucción y desplazamiento.
Asimismo, la situación de seguridad en Sudán del Sur sigue siendo grave, con violencia sexual generalizada y dificultades para que las agencias humanitarias lleguen a las poblaciones vulnerables. Sudán del Sur, informa la ONU, es uno de los lugares más peligrosos para los trabajadores humanitarios, debido a la violencia armada, con nueve trabajadores humanitarios asesinados y 450 incidentes reportados en 2022 y ya tres trabajadores humanitarios asesinados en 2023.
"Las víctimas directas de estos ataques -explica la ONU- son trabajadores humanitarios, casi invariablemente ciudadanos de Sudán del Sur, pero las víctimas indirectas son las personas más vulnerables" que se ven privadas de la ayuda sin la que corren el riesgo de no sobrevivir. Pese a ello, la ONU señala que las comunidades afectadas han seguido mostrando "un gran sentido de resiliencia, solidaridad y creatividad".
En víspera de la llegada del Papa, al menos 21 personas murieron en un robo de ganado.
A partir de hoy, con la llegada de Jorge Bergoglio está planeanda una "peregrinación por la paz" ;;de tres días con el Arzobispo de Canterbury y el moderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia con el objetivo de promover la reconciliación en un país predominantemente cristiano que aún sufre la violencia armada crónica, secuelas de una guerra civil.
Pastores armados mataron ayer a 21 civiles en represalia contra una comunidad rival en el condado de Kajo-Keji, en el centro de Equatoria, dijo la oficina del comisionado del condado, condenando "en los términos más enérgicos posibles el ataque y la masacre de civiles inocentes en un acto bárbaro de venganza".
Justin Welby, arzobispo de Canterbury, dijo que estaba "horrorizado" por el ataque en la víspera de su visita. "Es una historia que se repite con demasiada frecuencia en todo Sudán del Sur. Pido una vez más soluciones diferentes: que Sudán del Sur se una por una paz justa", publicó en Twitter. Sudán del Sur se independizó de Sudán, de mayoría musulmana, en 2011, pero se sumió en una guerra civil poco después, en la que murieron 380.000 personas.
La guerra terminó formalmente en 2018, pero la nación sigue plagada de violencia protagonizada por milicias locales bien armadas y grupos étnicos rivales.
El nuncio de Sudán del Sur, monseñor Hubertus Matheus Maria van Megen habló ayer de la esperanza de los sursudaneses con la llegada del Papa desde la República Democrática del Congo, después de haberle esperado durante mucho tiempo.
"Esperan que pueda traer algo de calma a este país, para que por fin se desarrolle y todos puedan alcanzar sus sueños", dijo el prelado.
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