Ese debería ser el evento con mayor asistencia durante la gira del pontífice por África -que también incluirá a Sudán del Sur- y las escuelas y muchas actividades comerciales fueron cerradas para permitir que más fieles siguieran la misa.
La ceremonia también estuvo rodeada de un fuerte esquema de seguridad, con acceso controlado y soldados armados con rifles.
En su homilía, Francisco hizo un fuerte llamado contra la violencia y dijo que los cristianos están llamados a ser "misioneros de la paz" y a creer que "las diferencias étnicas, regionales, sociales y religiosas no son obstáculos".
Agregó que deben creer que esas diferencias "vienen después y no son obstáculos; que los demás son hermanos y hermanas, miembros de la misma comunidad humana; que todos son destinatarios de la paz traída al mundo por Jesús".
"Los cristianos estamos llamados a colaborar con todos, a romper el ciclo de violencia, a desmantelar las tramas de odio", subrayó.
Miles de personas hacían fila en el aeropuerto de Ndolo, en Kinshasa, para entrar en la zona donde el Papa Francisco celebraría la misa, reportaron autoridades locales.
Muchas personas durmieron fuera de las puertas, en el gran césped de enfrente, antes de que fueran abiertas.
Mayoritariamente católica, la República Democrática del Congo tiene una larga historia de conflictos étnicos y disputas entre milicias armadas que codician los inmensos recursos naturales del país, escenario que llevó incluso al Vaticano a cancelar una etapa del pontífice en la ciudad de Goma, que se encuentra en una zona con mucha violencia en la frontera con Ruanda.
"Que sea un momento propicio para ustedes que dicen ser cristianos en este país, pero que cometen violencia. El Señor les dice: 'Depongan las armas, abracen la misericordia'", declaró Francisco, que recibirá en Kinshasa a víctimas de los conflictos en el este del país y a representantes de obras de caridad.
El segundo día de la visita del pontífice a la República Democrática del Congo continuará a las 16.30 (hora local) con un encuentro en la nunciatura con víctimas de violencia y conflictos, que llegarán a Kinshasa, desde la región de Kivu, donde hace dos años fue asesinado el embajador italiano Luca Attanasio.
También en la nunciatura, Jorge Bergoglio recibirá, a las 18.30, a representantes de las asociaciones de caridad que operan en el país.
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