El encuentro fue informado por la Oficina de Prensa del Vaticano y tuvo lugar días después de que el prelado alemán revelara que la decisión de Jorge Bergoglio de restringir las misas en latín provocó "dolor en el corazón" de Joseph Ratzinger.
Sin embargo, la Santa Sede no dijo qué se trató en la reunión, mientras se especula sobre el destino de Ganswein, quien, según los rumores, podría ser una nunciatura (representación diplomática del Vaticano) en América Latina o Asia, o un puesto en alguna universidad católica en el extranjero.
La semana pasada, ya tras la muerte de Benedicto XVI, el arzobispo reveló la tristeza del Papa emérito con la restricción de las misas en latín.
"Creo que el Papa Benedicto leyó este motu proprio con dolor en su corazón", dijo Ganswein en ese momento.
Además, un nuevo libro del arzobispo que está a punto de ser publicado contiene críticas veladas a Francisco, como la decisión de destituir a Ganswein como prefecto de la Casa Pontificia en 2020.
"Estaba impactado y sin palabras, me sentía como un prefecto por la mitad", dice el arzobispo en el libro, señalando que el propio Benedicto XVI bromeó con el caso: "creo que el Papa Francisco ya no confía en mí y quiere que seas mi guardián", le habría dicho Ratzinger, según cuenta en el libro su secretario privado.
Estas declaraciones provocaron reacciones incluso entre los miembros de la Curia romana, de la Iglesia italiana y hasta del propio Papa Francisco, en forma indirecta.
Francisco pareció responder a las declaraciones de monseñor Ganswein al comentar el último Angelus, cuando dijo que los chismorreos "son un arma letal, mata, mata el amor, mata la sociedad, mata la hermandad. Preguntémonos: ¿soy una persona que divide o una persona que comparte?".
Para Bergolio, un cristiano puede dividir a la Iglesia.
"Nosotros, discípulos de Jesús, estamos llamados a ejercer de este modo la justicia, en las relaciones con los otros, en la Iglesia, en la sociedad, no con la dureza de quien juzga y condena dividiendo a las personas en buenas y malas, sino con la misericordia de quien recibe compartiendo las heridas y las fragilidades de hermanas y hermanos.
"Hagamos como Jesús: compartamos, llevemos el peso unos con otros, en lugar de chismorrear y destruir, mirémonos con compasión, ayudémonos".
Por su parte, un sacerdote de la diócesis de Bérgamo, el padre Alberto Varinelli, publicó una carta abierta, compartida por varios curas y religiosos en las redes sociales, en la que invita a monseño Gaenswein a no publicar el libro.
"Sé que dentro de unos días se publicará un texto con sus memorias, de las que las entrevistas que ha concedido constituyen una anticipación: como bien sabe, ese texto es esperado con ansias por las franjas hostiles al Papa reinante y si se ataca a Francisco, ese texto hará mucho daño a la unidad de la Iglesia". afirma la carta.
El Padre Varinelli le pide al secretario de Bendicto XVI examinar el libro con su conciencia ante Dios. "Y si resulta que ese texto es una colección de resentimientos y ataques, debe frenar su impresión y comercio. Será un acto noble de un obispo que está en el lado de la verdad, sin ceder a las simpatías ni a la tentación del resentimiento".
"Obviamente, hay sensibilidades, heridas, dolores, pero siempre ha sido así en la historia evangélica. Sería prudente permanecer en silencio y buscar el mensaje profundo de Benedicto XVI", dijo el arzobispo Vincenzo Paglia, presidente de la Academia Pontificia para La vida, la semana pasada.
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