Todavía no han pasado cuatro días después de la muerte del Papa emérito Benedicto XVI y ya, entre las voces que se alinean para rendirle sus últimos respetos, una se pone de pie para pedir: "Papa Benedicto, nuevo santo para la Iglesia".
Por supuesto, es demasiado pronto para decirlo, los tiempos para las canonizaciones no son ciertamente inmediatos, pero la fama de santidad ya se cierne en estas jornadas de condolencias y homenaje en torno al pontífice alemán que ha ganado una gran parte de la simpatía incluso fuera de la Iglesia, entre amplios sectores de la opinión pública, precisamente por su humilde, gesto de renuncia.
La hermana Angelina camina hasta el centro de la plaza y se une a las otras monjas poco después de hacer su propio homenaje personal a Joseph Ratzinger y con mucho gusto se detiene a hablar.
"Espero verlo pronto en los altares como un santo, dice.
Realmente lo fue. Recuerdo su bondad, su mansedumbre, su amor por la Iglesia. Me ha dado tanta fuerza para mi misión. Mi se ha fortalecido".
Esta mañana Sor Angelina le agradeció en oración. No lo conoció personalmente, pero lo vio en tantas ocasiones públicas y piensa que lo verá pronto "en el camino de la santidad", para continuar la su misión de fe.
"Espero que esto pueda pasar a lo sumo pronto -añade- que será reconocido como santo. Y ver a toda esta gente aquí es una alegría, quiere decir que ha sembrado y seguirá sembrando aún más ahora".
También dos más jóvenes sacerdotes presentes en el atrio de la iglesia quisieron remarcar su agradecimiento a Benedicto XVI por sus cualidades de "hombre santo, persona humilde".
Son los primeros rumores que hablan de un nuevo santo pontífice, y se espera que en los próximos días se sumen muchas voces.
Después de todo, precisamente la fama de santidad y el grito "¡Santo ahora!" después de la muerte de Juan Pablo II permitieron a Benedicto conceder la causa de canonización de su predecesor e iniciar un proceso acelerado que concluyó con la proclamación en los altares, junto con Juan XXIII, el 27 de abril de 2014.
Mucho dependerá de Francesco, aunque los elogios que le dedicó el día del Te Deum no dejan dudas sobre toda la estimación y la consideración que Bergoglio tiene por el pontífice alemán.
Que Ratzinger tendrá un futuro destacado en la historia de la Iglesia es un hecho.
Muchas voces, incluidas las autorizadas del cardenal de Viena Christoph Schoenborn, su alumno de teología, y la del expresidente de la Conferencia Episcopal Italiana, cardenal Angelo Bagnasco, hablan abiertamente de Ratzinger como el próximo "doctor de la Iglesia".
Los requisitos son: "eminente doctrina; santidad de vida; elección por el sumo pontífice o del Consejo General". Todos elementos que parecen acercarlo a su gran referente teológico, San Agustín.
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