La
separación de las inversiones en el sector de las permitidas
bajo las limitaciones del Pacto de Estabilidad se producirá con
la activación conjunta de las "cláusulas nacionales de
salvaguardia".
Es decir, no será un escudo para todos suspendiendo la
aplicación del Pacto, como durante el Covid.
Y sobre todo, en
cada Estado no debe "comprometer la sostenibilidad del
presupuesto a medio plazo", precisan las reglas de la UE. Se
hará "de forma controlada y condicional", como había anticipado
ayer la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen,
al anunciar cómo quiere utilizar la gobernanza económica para
apoyar el gasto de defensa.
Se espera un primer debate entre los Estados sobre este
tema a principios de la próxima semana en Bruselas, en las
reuniones de los ministros de Finanzas del Eurogrupo y del
Consejo Ecofin de la UE.
El tema no está en la agenda, pero nadie duda de que
estará en el centro de las conversaciones entre ministros. Con
los contrastes habituales, pero también algunas novedades: entre
los países "frugales", los bálticos y los escandinavos presionan
recientemente para obtener mayores inversiones en seguridad y,
por lo que se ha filtrado, algunos todavía prefieren inversiones
nacionales con derogaciones del Pacto, en lugar de hipotéticos
fondos comunes de la UE. Sin embargo, para el frugal "doc" "la
deuda es deuda", afirma un diplomático europeo.
Los mercados no verán diferencia alguna si se trata de una
deuda con el sello de Von der Leyen o no".
El canciller alemán, Olaf Scholz, ya ha expresado su apoyo
a la idea de flexibilizar el Pacto, siempre que sea "limitado en
el tiempo y respete la solidez financiera de todos los Estados
miembros", y también se ha mostrado partidario de reformar el
freno de la deuda alemana para aumentar el gasto en defensa.
También está a favor el candidato de la CDU a la cancillería,
Friedrich Merz, siempre y cuando "no hablemos solo de dinero" y
dejemos todo lo demás como está en el pasado.
Mientras tanto, el expresidente del Banco Central Europeo
(BCE) y ex primer ministro italiano, Mario Draghi, también se
pronunció sobre las reglas fiscales en un editorial en el
Financial Times, en el que señala que en lugar de temer a los
aranceles estadounidenses, la UE debería mirar los que se ha
impuesto internamente.
"Europa se ha centrado en objetivos individuales o
nacionales sin calcular el coste colectivo", escribió, pidiendo
un "uso más proactivo de la política fiscal".
Las reglas fiscales europeas garantizan que los países no
superen una relación déficit/PIB del 3% y una relación deuda/PIB
del 60%. La reforma lanzada en la primavera de 2024 prevé un
indicador único para cada Estado (la evolución del gasto) con
verificación automática (la 'cuenta de control': no es posible
desviarse del gasto acordado).
Sin embargo, se ha introducido la posibilidad de que los
países activen cláusulas nacionales de salvaguardia en caso de
"circunstancias excepcionales ajenas al control del Estado
miembro" que "tengan repercusiones significativas en sus
finanzas públicas".
La cláusula general activada por el Covid se activa en
cambio -según las nuevas reglas- con una "situación negativa
grave en la zona euro o en la Unión en su conjunto" y legalmente
podría ser difícil utilizarla para permitir inversiones en
defensa.
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