Y eso porque sólo encontrando la solución adecuada a este lado del Atlántico (garantías de seguridad, tropas de mantenimiento de la paz, compromiso financiero) podremos acudir al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
"Si no sabes qué pasará después, no es una tregua sino un conflicto congelado", dijo el presidente ucraniano después de asistir al Consejo Europeo.
"Y no lo aceptaremos", aseveró.
"Para nosotros -añadió- las garantías europeas no son suficientes".
En ese sentido, se necesita a la OTAN y, por lo tanto, a Estados Unidos. Eso también explica la cena de ayer de Mark Rutte, el secretario general de la Alianza, quien puso a disposición su residencia privada para una (primera) mesa muy confidencial sobre los temas vinculados con Ucrania.
La reunión, que finalizó a la 1 de la madrugada, tuvo por objeto discutir "diferentes escenarios" y estuvo precedida por una larga reunión bilateral entre Zelensky y el presidente francés, Emmanuel Macron.
"Seguimos trabajando en su iniciativa sobre la presencia de fuerzas en Ucrania que podrían ayudar a estabilizar el camino de la paz", reveló Zelensky.
La clave es decidir qué deberían hacer estos soldados, con qué mandato y en qué escenario: ¿con la aprobación de la ONU y, por tanto, con la aprobación de Rusia? ¿en contraposición a Moscú? "Es un debate absolutamente prematuro", dijo un funcionario europeo familiarizado con los intercambios entre los 27 en el Consejo.
Pero Zelensky fue muy explícito al respecto.
Su objetivo es unirse a la OTAN y todo lo demás puede considerarse, en todo caso, una solución puente, por lo cual hay que hay que convencer a Trump.
"Quiero escuchar su visión y explicarle la nuestra y espero que me comprenda: es importante que esté de nuestro lado y nos ayude a detener la guerra", añadió Zelensky, subrayando la importancia de la unidad "entre Estados Unidos y Europa".
En tanto, en las conclusiones de la cumbre, los 27 reiteraron su voluntad de "hacer más" para apoyar a Ucrania, una fórmula que ya es una práctica común pero -aseguraron varias fuentes- "no vacía".
"Corresponde a los ucranianos definir qué es la victoria, el resto vendrá después", explicó un funcionario.
Por su lado, los países nórdicos y bálticos están presionando para no ceder a la presión de Vladimir Putin.
"Es demasiado pronto para hablar de negociaciones", señaló el presidente lituano, Gitanas Nauseda.
"Vemos que hubo signos de debilidad por parte rusa, en la economía y en el suministro de material militar", subrayó el belga Alexander De Croo, apoyando la posición de quienes, incluso dentro de los círculos de la OTAN, consideran a Moscú como cerca de la cima de su esfuerzo bélico.
Porque, al final, si se apresura la tregua, el interrogante que sobrevuela es qué pasará si luego Putin la viola.
Pero el líder ucraniano ya tiene la respuesta. "Recaerá en quien lo haya decidido y no sé qué pasará después", advirtió, reiterando su convicción de que el Kremlin "no se detendrá".
Entre los europeos, aseguró, hay "total comprensión" al respecto (a excepción del húngaro Viktor Orban, que fue objeto de burlas de Zelensky porque, según él, no tenía ningún mandato para negociar nada, y mucho menos el alto el fuego de Navidad).
"Putin -tronó- es peligroso para todos, es el verdadero nazi de hoy: le encanta matar, creo que está loco y creo que él también sabe que está loco".
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