"Nuestro mensaje es claro: no se puede alimentar el conflicto en Europa sin enfrentar las consecuencias", afirmó Kallas. Además, el Consejo adoptó por primera vez medidas restrictivas para responder a las actividades desestabilizadoras de Rusia "contra la UE y sus socios", enfocándose en lo que se denomina guerra híbrida.
El primer apartado de estas sanciones apunta, entre otras cosas, a "52 nuevos barcos de la flota sombra rusa", elevando el total a 79. Estas embarcaciones (no pertenecientes a la UE) están sujetas a la prohibición de acceso a puertos y de recibir servicios, con el objetivo de evitar la evasión de sanciones en el comercio de petróleo.
Luego, como se anticipó, las medidas se extienden a individuos y empresas. Esto incluye a compañías militares rusas que producen piezas de aviones, drones, componentes electrónicos, motores, alta tecnología para armas y otros equipos militares, así como a altos directivos de empresas del sector energético ruso (incluyendo navieras) que proporcionan ingresos significativos al Kremlin.
En cuanto a China, las sanciones afectan a "una empresaria y dos empresas que facilitaron la evasión de sanciones", junto con cuatro empresas que suministraron componentes sensibles de drones y microelectrónica a la industria militar rusa.
"En este tema debemos ser claros y no repetir los errores cometidos con Rusia: necesitamos fuerza y unidad", subrayó Kallas.
La UE también incluyó en su lista negra al "ministro de Defensa norcoreano, No Kwang Chol", por su participación directa en el despliegue de soldados de la República Popular Democrática de Corea en Rusia, en apoyo de la guerra de agresión rusa contra Ucrania.
En el ámbito de la guerra híbrida, la UE inauguró un régimen específico de sanciones y, por primera vez, tomó acciones concretas. Entre estas, destaca la designación de la "Unidad GRU 29155", una unidad secreta de la agencia de inteligencia militar rusa (GRU), conocida por su implicación en asesinatos en el extranjero y actividades desestabilizadoras como atentados y ciberataques en toda Europa.
Según el informe, algunos de sus operativos están activos en Ucrania, Europa occidental y Africa.
En cuanto a la posibilidad de tropas europeas, Kallas fue tajante: "Para enviar fuerzas de paz, primero debe haber paz, y Moscú no ha cambiado sus objetivos".
El ministro de Asuntos Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski, respaldó esta posición al afirmar: "El reparto del trabajo debe garantizar que tanto Estados Unidos como la Unión Europea ayuden a Ucrania a alcanzar una mejor posición para posibles negociaciones futuras, en las que el agresor, y no la víctima, debe ser forzado y alentado a negociar".
Kallas también destacó que la caída de Bashar al-Assad ha debilitado a Vladimir Putin, y subrayó que Siria debe permanecer "libre de la influencia" de Moscú y Teherán. Además, afirmó que "los socios árabes han manifestado que no tienen interés en una presencia rusa en la región, y en este punto podemos colaborar".
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