La última ronda de conversaciones, prevista en Brasilia del 26 al 29 de noviembre, podría allanar el camino para el anuncio de un acuerdo que, sin embargo, sigue encontrando una firme oposición de París y dividiendo a Europa.
Los equipos de negociadores de la UE y de los socios sudamericanos (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia) se ocuparán de definir los últimos detalles del texto con vistas a la cumbre de líderes del Mercosur que se celebrará en Montevideo (Uruguay) los días 5 y 6 de diciembre. Una ocasión en la que Argentina asumirá la presidencia rotatoria de la alianza sudamericana y que se considera favorable para la posible firma.
Sin embargo, queda por superar la oposición en París que, temiendo nuevas protestas de los agricultores ya en pie de guerra, pretende implicar a Roma en un intento de frenar el acuerdo apoyado por Berlín y Madrid.
El primer ministro francés, Michel Barnier, intentará jugar sus últimas cartas el jueves 5 de diciembre, cuando será recibido en la capital italiana por la primera ministra, Giorgia Meloni.
El acuerdo, según agricultores transalpinos y europeos, abriría las puertas del mercado continental a productos sudamericanos de bajo coste, fabricados con requisitos medioambientales y sanitarios menos rigurosos, golpeando al sector con competencia desleal y dumping.
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