Una prioridad para Giorgia Meloni, que había encargado a los sherpas que promovieran la experiencia italiana, empezando por el plan de lucha contra la pobreza, a la altura de la Alianza lanzada por Luiz Inacio Lula da Silva, que Italia se dispone a firmar.
Pero las dos guerras -y Ucrania sobre todo a la luz de los fuertes ataques rusos a las infraestructuras civiles que confirman la falta de voluntad del presidente, Vladimir Putin, de buscar la paz-, complican las negociaciones para llegar a una declaración final que pueda ser firmada por todos.
Ahora crece el temor a una ruptura -para una cumbre que ya tiene que contar con la esperada llegada de Donald Trump a la Casa Blanca-, a pesar del trabajo diplomático que se prolongó hasta altas horas y continuará por la noche.
El objetivo, explicaron fuentes italianas, es "intentar mantener un equilibrio" en la línea del G20 indio del año pasado, siempre difícil en el contexto de los 20 con la presencia de los directamente implicados -para Moscú en Río estará el ministro de Exteriores, Sergey Lavrov. Pero es evidente la diferente sensibilidad respecto a los países del G7- que sobre "iniciativa" de la premier reiteraron su apoyo a Kiev a 1.000 días del inicio de la guerra.
Ahora habrá que valorar, uno de los argumentos entre los diplomáticos, "hasta qué punto tomar nota de las violaciones de los compromisos adquiridos en India", donde quedó claro el rechazo a los ataques contra infraestructuras civiles. También planea sobre las negociaciones la decisión de Estados Unidos de permitir a Kiev el uso de misiles de largo alcance en territorio ruso.
Además de las guerras, la fiscalidad mundial está encontrando también algunas dificultades, esta vez debido a la oposición a la propuesta de Lula por parte del presidente argentino, Javier Milei, que tiene un enfoque ultraliberal de la economía que incluso se reflejaría en la oposición de Argentina a dar nuevas herramientas para el empoderamiento de la mujer.
Sin embargo, ya hay cierta satisfacción en la delegación italiana. Empezando precisamente por el enfoque dirigido al "diálogo" entre el G7 y el G20, por el llamamiento que debería figurar en la declaración final a un enfoque "ético" de la inteligencia artificial que no debe ser un "elemento más de brecha" con el Sur Global, por las condiciones del libre comercio (suavizadas respecto a las conclusiones del G7 también por la presencia de China en la mesa), por la lucha contra la pobreza que permite también "potenciar el Plan Mattei para Africa". Para Meloni, el primer día en Río estuvo marcado por la reunión bilateral con Lula, con quien Italia pretende actualizar el Plan de Acción de Asociación Estratégica Italia-Brasil.
"Habló también de fútbol", bromeó el ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, luciendo una camiseta del Flamengo, el equipo de fútbol local, para acompañar a la premier en una visita privada por la ciudad. Con la delegación italiana y su hija Ginevra, la jornada terminó para Meloni en el Cristo Redentor, símbolo de Río.
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