A menos de un mes antes de la reapertura de Notre-Dame, prevista para el próximo 7 de diciembre, las ocho "hermanas" del campanario norte sonaron juntas por primera vez, hacia las 10.30 horas, saltando una a una, desde la más pequeña (Jean- Marie, 800 kg) hasta el más grande (Gabriel, más de 4 toneladas) propulsadas por los potentes motores internos de la catedral.
"Todos hemos sentido una emoción intensa, es una voz que se difunde, que reúne. Hoy es 8 de noviembre y Notre-Dame nos dice: 'Estoy aquí esperándote'", aseveró el padre Guillaume Normand, vicerrector de Notre-Dame, aplaudiendo este "signo de alegría" en el corazón de París.
Las campanas habían dejado de sonar desde el 15 de abril de 2019, fecha del incendio que devastó parcialmente la joya gótica, patrimonio de la UNESCO, de más de 850 años.
"Es una etapa bonita, importante y simbólica", dijo el responsable del lugar, Philippe Jost, recordando que es "la primera vez que suenan todas las campanas al mismo tiempo".
Después de una larga restauración, Notre-Dame se prepara para reabrir sus puertas el próximo 7 de diciembre, con una ceremonia inaugural en presencia de artistas internacionales, así como del presidente Emmanuel Macron, quien logró cumplir su promesa de reabrirla dentro de cinco años.
Al día siguiente, 8 de diciembre, tendrá lugar la primera misa solemne el día de la Inmaculada Concepción.
Al menos 3.000 personas podrían participar en la ceremonia del 7 de diciembre, precisó Jost, aplaudiendo una catedral "transformada por la restauración: tanto la piedra que recuperó un bonito color rubio como las decoraciones pintadas que recuperaron todos sus colores".
"Desde que se limpió se produjo un efecto de Capilla Sixtina, fue un descubrimiento", dijo el director de construcción a la radio RTL.
A la resurrección de Notre-Dame contribuyeron miles de trabajadores, arquitectos y restauradores, incluidos italianos, que trabajaron duro a pesar de las limitaciones y dificultades: empezando por los riesgos relacionados con el polvo de plomo o la interrupción del trabajo durante la pandemia del Covid-19.
El incendio provocó una explosión de solidaridad sin precedentes, con donaciones de todo el mundo que ascendieron a 844 millones de euros.
El presidente italiano, Sergio Mattarella, con motivo de su visita a Francia con motivo del 500° aniversario de la muerte de Leonardo Da Vinci, el 2 de mayo de 2019, fue el primer líder internacional en visitar la catedral herida unos días antes, todavía cubierta de escombros.
"Estoy aquí para ser testigo de la amistad entre Italia y Francia", afirmó entonces el presidente, subrayando cómo Notre-Dame refleja "gran parte de la historia y de la civilización de Europa".
Jost también dijo estar convencido de que un incendio como el de 2019 no puede volver a ocurrir: "Hemos repensado totalmente la protección contra incendios, utilizando más o menos todo lo que la tecnología puede ofrecernos hoy".
En ese sentido, el experto citó, entre las principales innovaciones, un "sistema de nebulización que, en caso de incendio, esparce una nube de agua en la estructura de madera" del tejado.
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