"Su común denominador es el aumento de las temperaturas que, entre sus efectos, también aumento exponencialmente la capacidad de la atmósfera de contener vapor ácueo", explicó Dino Zardi, físico de la atmósfera de la Universidad de Trento.
"La atmósfera más húmeda es incluso más inestable, esto es desarrolla más fácilmente movimientos verticales de elevación debidos a la circulación de aire, y causa precipitaciones más copiosas. Con los años hemos observado un aumento de la intensidad de los fenómenos extremos. Existe además la sensación difundida de que está incrementando su frecuencia pero, para decirlo con certeza, es necesaria una estadística más sólida".
En los últimos 30 años, las inundaciones en Europa afectaron a 5,5 millones de personas, y causaron unas 3.000 víctimas y más de 170.000 millones de euros en daños económicos. Los datos son presentados en una resolución aprobada por el Parlamento Europeo, el pasado setiembre, justamente luego de las inundaciones causadas por la tempestad Boris que azotó primero a Europa central (Austria, RepúblicaCheca, Polonia, Rumania, Eslovaquia, Alemania y Hungría) y luego Emilia Romaña, con un balance total de casi una treintena de víctimas..
Todo 2024 no fue asimismo un año fácil: basta pensar en la cola del huracán Kirk que embistió a Italia una decena de días atrás, las lluvias torrenciales que, a comienzos de octubre, provocaron una veintena de muertos en Bosnia, y luego todavía el aluvión en la Costa Azul, a fines de setiembre, el que aquejó al Piamente y Valle d'Aosta en julio, el que trastornó el sur de Alemania en junio pasado. o además la tempestad Henk que afectó a Francia y Gran Bretaña en enero.
Al mirar hacia 2023, de acuerdo con los datos del programa Copernicus, las inundaciones preocuparon a 1,6 millones de personas en Europa y causaron el 81% de las pérdidas económicas del año debido a los impactos del cambio climático en el continente.
Un tercio de la red fluvial europea tuvo flujos superiores al umbral de inundación "alto", y se verificaron niveles récord en las principales cuencas, entre ellas, Loira, Reno y Danubio, debido a una serie de tempestades entre octubre y diciembre.
2023 fue el año del desbordamiento en Eslovenia, Croacia y Austria, damnificadas en agosto, y el gran aluvión en Emilia Romaña en mayo.
El año precedente, 2022, fue fuertemente anómalo pero en sentido opuesto: en términos de precipitaciones, fue más seco, un 10%, respecto a la media y las condiciones de humedad del suelo fueron las segundas más bajas de los últimos 50 años.
En relación a los ríos fue el año más seco jamás registrado en términos de área afectada, con el 63% que experimentó flujos inferiores al promedio.
Se trató de un año de tregua después de un 2021 en verdad duro. El fenómeno más desastroso fue el que se abatió en julio en Alemania y Bélgica, afectando también a Luxemburgo y Países Bajos, con un balance total de más de 240 víctimas (casi 200 únicamente en Alemania). En agosto, en cambio, el turno de Turquía con más de 70 muertos.
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