Ondeando banderas españolas rojas y amarillas, los manifestantes se reunieron en la Plaza de Castilla, una gran plaza en el corazón del distrito financiero de Madrid, y pidieron la dimisión de Sánchez, coreando "traidor".
Más de 100 grupos pequeños y poco conocidos vinculados a la derecha y a la extrema derecha convocaron la manifestación bajo el lema "Por la unidad, la dignidad, la ley y la libertad.
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La manifestación contó con el apoyo del principal partido conservador de la oposición, el Partido Popular, y el partido de extrema derecha Vox.
Los oradores atacaron al gobierno por una serie de políticas y decisiones, que van desde la amnistía para los partidarios de la independencia catalana hasta sus pactos con partidos separatistas regionales, así como investigaciones de corrupción dirigidas a figuras del Partido Socialista y a la esposa de Sánchez, Begoña Gómez.
Alrededor de 25.000 personas participaron en la manifestación, según la oficina del gobierno central de la región, mientras que los organizadores estimaron la participación en alrededor de 400.000.
Los manifestantes portaban carteles que decían "Vete Sánchez" y "Sánchez está destruyendo España", así como consignas contra la inmigración.
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