Hasta la fecha, los servicios de prostitución pagan impuestos como la venta de cualquier otro rubro, pero se ha considerado una propuesta para abolir esa tasa debido al aspecto moral que supone que el Estado sueco saque provecho de las prostitutas.
Después de varios meses de estudiar la cuestión, el gobierno ha llegado a la conclusión de que mantendrá el impuesto. Esto se debe a que se estima que una posible abolición de tasas aumentaría los riesgos para las prostitutas, que serían aún más vulnerables a los traficantes y las bandas criminales, según informa la radio pública sueca Sveriges Radio.
En Suecia, vender servicios sexuales es legal, pero comprarlos es un delito.
La legislación introducida desde 1999 tipifica como delito la compra de servicios sexuales con una pena que puede ir desde una multa hasta un año de prisión.
La organización sin fines de lucro Realstars patrocinó una reciente campaña de concientización que incluía carteles con las frases en inglés en letras grandes: "Compre sexo. Pague con prisión", publicado en el transporte público.
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