El debate es acalorado y se centra en si se debe cambiar el contenido de la ayuda militar enviada a Ucrania para incluir más vehículos blindados o municiones que podrían ayudar a Kiev a "atrincherarse y defenderse" en el territorio capturado a Rusia, explica un funcionario americano.
El Pentágono ya ha preguntado a Kiev qué necesitaría para que su ofensiva sea exitosa, pero por el momento no se ha tomado ninguna decisión formal al respecto.
De hecho, la administración
está evaluando todos los riesgos que dicho apoyo podría
implicar.
Entre eso, están las dudas sobre la eficacia de la
estrategia ofensiva de Volodimir Zelensky, pero sobre todo el
temor a una escalada entre Estados Unidos y Rusia.
De hecho,
Ucrania depende de las armas estadounidenses y su uso en
territorio ruso podría desencadenar una reacción violenta por
parte de Vladimir Putin, una hipótesis que Joe Biden se ha
comprometido a evitar desde el comienzo de la guerra a pesar de
haber relajado las restricciones a su uso.
La administración estadounidense no tiene actualmente una
idea precisa de los objetivos de Ucrania en Rusia y algunas
fuentes destacan que Kiev no ha proporcionado ningún tipo de
información de inteligencia para apoyar la operación en Kursk.
"Puede que tengan un plan pero no lo comparten con
nosotros", explicó un funcionario del gobierno de Biden. No está
claro si la nueva estrategia de Kiev está creando fricciones en
las relaciones con Estados Unidos, caracterizadas por altibajos
en los últimos dos años y medio a pesar de la asociación
pública.
En una llamada telefónica con el presidente Zelensky en la
celebración del Día de la Independencia ucraniana, Biden anunció
nuevas ayudas a Kiev y volvió a asegurar que Rusia no
prevalecerá. "Seguiremos apoyando a Ucrania en su lucha por
liberarse de la agresión rusa", dijo la vicepresidenta Kamala
Harris en la red social X, en la misma dirección.
Desde el escenario de la convención demócrata que la
consagró, Harris aseguró un apoyo decidido a Ucrania y a la
OTAN, en decidida oposición a la línea de Donald Trump.
El expresidente y su adjunto J.D. Vance, de hecho, se
muestran escépticos con respecto a la ayuda a Kiev ("deberíamos
gastar para defender nuestra frontera, no la de otros", es su
tesis), y más aún con respecto a la OTAN.
Durante meses, Trump ha seguido afirmando sus buenas
relaciones con Putin y prometiendo que, si es elegido, la guerra
en Ucrania terminará incluso antes de que asuma el cargo en la
Casa Blanca. Sin embargo, hasta el momento no ha ofrecido ningún
detalle sobre cómo piensa hacerlo.
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