La exministra de Defensa alemana ya mostró en la
pasada legislatura cierta creatividad a la hora de diseñar la
estructura que dirigirá.
Los comisarios, que son en realidad los ministros del
ejecutivo europeo, también reflejarán la agenda que Von der
Leyen ilustró a la Cámara para los próximos cinco años.
Con
novedades importantes. Uno, sobre todo, un Comisario de
Industria y Competitividad que será crucial en la arquitectura
del Palacio Berlaymont, la sede del ejecutivo comunitario.
Entre las novedades que tiene en mente el presidente
reelegido también hay tres nuevas carteras: Vivienda,
Burocratización y Mediterráneo. Estos dos últimos sectores en
los que Giorgia Meloni ha hecho hincapié, a menudo, también en
la reunión del grupo ECR con Von der Leyen. La sensación en
Estrasburgo, sobre todo después del voto en contra de Hermanos
de Italia (FdI), es que a Italia se le podría asignar una de las
dos delegaciones.
El primero se centrará en la implementación, la
simplificación y las relaciones interinstitucionales y tendrá,
subrayó Von der Leyen, rango de vicepresidencia (no ejecutiva).
Reflejará, en términos generales, el papel desempeñado hasta
ahora por Maros Sefcovic (responsable de las relaciones
interinstitucionales), aunque no está claro si el capítulo PNRR
también se añadirá a las áreas de competencia. El Comisario para
el Mediterráneo, sin embargo, trabajará en estrecho contacto con
el Alto Representante para la Política Exterior.
Al describir sus tareas, Von der Leyen parece haberse
inspirado en el Plan Mattei, hablando de asociaciones,
estabilidad económica de la región, energía y migración. Un
comisario estratégico, en definitiva. Pero que, en esencia,
corren el riesgo de tener menos impacto que los más
tradicionales.
En definitiva, para Italia el juego se vuelve complejo.
También porque ahora parece destinada a Francia una
vicepresidencia ejecutiva y a Thierry Breton, que podría tener
la responsabilidad de Industria y Competitividad. Defensa podría
escindirse y, según los últimos rumores, podría acabar en manos
del lituano Gabrielius Landsbergis, aunque, con Kaja Kallas en
el papel de Josep Borrell, el riesgo es el de 'balticizar' el
sector de Defensa Exterior demasiado.
La española Teresa Ribera ocupa la pole position para el
cuadro de Energía, al que se podría añadir el expediente
climático: asignar a la campeona del Pacto Verde Ibérico el
papel de vicepresidenta ejecutiva podría ser la recompensa de
Úrsula al apoyo -decisivo- de los Verdes.
La agricultura (de la que se podría separar la pesca) será
una cartera complicada y parece estar equilibrada entre Portugal
y Polonia. Rumania aspira a Asuntos Económicos o Ampliación. El
luxemburgués Nicolas Schmit, Spitzenkandidat (candidato a
premier) de los socialistas, podría tener la delegación para la
Vivienda, pero hay un obstáculo: el Partido Popular gobierna en
el pequeño estado del Benelux.
Los comisarios del PPE, en cualquier caso, serían mayoría:
trece de 27. Von der Leyen espera los nombres de los gobiernos
en las próximas semanas. Tendrán que ser un hombre y una mujer,
dado que la presidenta sobre perfecta igualdad de género no
permite excepciones. Las conversaciones con el número uno del
Palacio Berlaymont comenzarán a mediados de agosto. El sueño de
Ursula es tener una Comisión completa en noviembre. No es fácil,
pero tampoco imposible.
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