Lo informó en un comunicado el Palacio del Elíseo, sede del gobierno francés.
"Para que este período termine lo antes posible -continúa la presidencia francesa la nota- corresponde a las fuerzas republicanas trabajar juntas para construir una unión en torno a proyectos y acciones al servicio de los franceses".
Macron aceptó la dimisión del primer ministro -las relaciones entre ambos siempre fueron frías, aunque Gabriel Attal le expresó hoy su "gratitud" y dejó al Gobierno en funciones sólo "para asuntos de actualidad".
De esa manera, las fuerzas políticas -hoy más lejos que nunca de una solución para identificar un primer ministro compartido- tienen tiempo para encontrar un acuerdo.
En la izquierda, sin embargo, la situación se ha vuelto explosiva.
Nueve días después de la victoria electoral en las elecciones legislativas -que dieron la mayoría relativa al Nuevo Frente Popular - los dos polos de la alianza, el LFI a la izquierda, La Francia Insumisa, el Partido Socialista en el centro, se encuentran ahora contra la pared.
Ya no negocian ni hay negociaciones en curso: Huguette Bello, diputada de La Réunion propuesta por los comunistas y aprobada por los Verdes y la La Francia Insumisa, fue rechazada por los socialistas; Laurence Tubiana, economista y climatóloga, propuesta por el Partido Socialista, fue definido como "poco serio" por LFI y "compatible con Macron".
Las reacciones fueron impactantes: "Olivier Faure (el secretario socialista, ndr.) se opone totalmente a cualquier propuesta que no provenga de su partido", repocharon melenchonianos.
"Con tres de cuatro formaciones a favor, no veo cómo LFI puede pretender imponerse, somos mayoría", respondió Faure tras el rechazo de la hipótesis Tubiana.
Mientras que Fabien Roussel, líder de los comunistas, sugirió con picardía que "el LFI prefiere estar en la oposición".
En cuanto al período de gestión de la actualidad por parte del gobierno, Macron señaló que "para que este período se acorte lo más posible, corresponde a las fuerzas republicanas trabajar juntas para construir una unión".
Macron despidió a los ministros y les dio las gracias, Attal respondió expresando su "gratitud" hacia los miembros del Gobierno y hacia el jefe de Estado, además de su "pasión por Francia" y su sentido del "deber".
La última cita sin grandes sorpresas, sin saludos emotivos pero con tono moderado.
Quienes servirán para una primera prueba de entendimiento el jueves, cuando los diputados reunidos deberán elegir primero a su presidente, un cargo estratégico.
El camino parece mucho menos cuesta arriba que el que debería conducir a un acuerdo sobre un primer ministro.
La izquierda hizo saber que está cerca de un acuerdo, ya que LFI no impone necesariamente su nombre.
Se busca un acuerdo entre macronianos y republicanos sobre los roles más importantes que se asignarán.
Algunos quisieran proponer una especie de Frente Republicano también en las candidaturas parlamentarias, para excluir al partido de Le Pen.
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