/ricerca/americalatina/search.shtml?any=
Muestra menos

Se hai scelto di non accettare i cookie di profilazione e tracciamento, puoi aderire all’abbonamento "Consentless" a un costo molto accessibile, oppure scegliere un altro abbonamento per accedere ad ANSA.it.

Ti invitiamo a leggere le Condizioni Generali di Servizio, la Cookie Policy e l'Informativa Privacy.

Puoi leggere tutti i titoli di ANSA.it
e 10 contenuti ogni 30 giorni
a €16,99/anno

  • Servizio equivalente a quello accessibile prestando il consenso ai cookie di profilazione pubblicitaria e tracciamento
  • Durata annuale (senza rinnovo automatico)
  • Un pop-up ti avvertirà che hai raggiunto i contenuti consentiti in 30 giorni (potrai continuare a vedere tutti i titoli del sito, ma per aprire altri contenuti dovrai attendere il successivo periodo di 30 giorni)
  • Pubblicità presente ma non profilata o gestibile mediante il pannello delle preferenze
  • Iscrizione alle Newsletter tematiche curate dalle redazioni ANSA.


Per accedere senza limiti a tutti i contenuti di ANSA.it

Scegli il piano di abbonamento più adatto alle tue esigenze.

La izquierda, dividida, apunta a Macron

La ruptura de los disidentes de Jean-Luc Mélenchon

PARIS, 09 julio 2024, 15:55

Redaccion ANSA

ANSACheck
El Frente Popular ya se dividía con la salida de los disidentes de Jean-Luc Melenchon, que formaban un nuevo grupo, con verdes y comunistas.
    Así, mientras se abrían grietas en el bando de los vencedores de las elecciones legislativas, al mismo tiempo apuntan al presidente francés, Emmanuel Macron, y su prolongado e inusual silencio tras haber prorrogado temporalmente al primer ministro, Gabriel Attal para dirigir el gobierno.
    En ese contexto, además, un nuevo candidato se declara "listo" para asumir el codiciado puesto de premier: Olivier Faure, secretario de los socialistas.
    En definitiva, una tensión creciente en todo el panorama político francés, donde los macronistas temen por la partida de su líder para la cumbre de la OTAN en Washington: "La izquierda -advierten- podría aprovechar su ausencia".
    A 48 horas del anuncio de los resultados de la votación, el caos aún reina en París.
    Y un componente fundamental es el silencio del presidente de la República, una actitud poco habitual en Macron pero que muchos consideran una estrategia precisa: poner nerviosos a los opositores de izquierda y hacerlos "cocinarse en su propio caldo".
    "Ni siquiera nos llamó por teléfono", se quejó anoche Marine Tondelier, líder de los Verdes.
    En tanto, las primeras grietas en el Frente Popular se abrieron dramáticamente con un grupo de disidentes de La France Insoumise de Mélenchon, quienes anunciaron que querían sentarse más en los escaños de su partido y propusieron que ecologistas y comunistas crearan un nuevo grupo parlamentario.
    Entre los disidentes se encuentran destacados líderes del LFI como Clémentine Autain, François Ruffin y Alexis Corbière.
    La distancia que los disidentes están tomando del partido y de la hipótesis de Mélenchon como primer ministro fue interpretada por algunos como el primer rayo de esperanza hacia una posible solución al impasse.
    Casi como reacción a esta señal de tímida rendición, la actitud de los intransigentes del Frente Popular se ha endurecido: Olivier Faure, secretario de los socialistas, fiel a la unidad del Frente Nacional y al programa electoral firmado también por LFI, afirmó estaba "listo para ocupar el cargo de primer ministro".
    Es sólo uno de los nombres que se van sumando hora tras hora a los pretendientes, después de que por la mañana los partidarios de Mélenchon, Manuel Bompard y Mathilde Panot, reiteraran que la tribuna de LFI está más que nunca en la carrera por el puesto.
    Otros momentos candentes de la jornada: un documento del Frente Popular advirtió "solemnemente" a Macron contra su intento de "desviar las instituciones" tras la prórroga temporal de Attal en sus funciones de primer ministro.
    E incluso un ex diputado del LFI, Adrian Quatennens, quien últimamento fue noticia sobre todo por haber sido apartado también por Mélenchon tras una condena por violencia doméstica, convocó a "una marcha popular sobre Matignon" para "hacer" ceder a Macron.
    Además de Faure, la lista de candidatos al puesto de primer ministro no ha dejado de crecer: entre otros, se sumaron la ecologista Clemence Guette y el socialista Boris Vallaud.
    Pero nada, señalan los constitucionalistas, obliga al presidente a confiar la tarea de formar gobierno a un primer ministro de la coalición con mayoría relativa.
    Y, más allá de los nombres, las distancias se miden en el muro que sigue separando más que nunca a macronianos y republicanos de los miembros de la alianza de izquierda.
    Un muro infranqueable e impermeable, de momento, que nadie ha intentó escalar ni derribar.
    En el frente popular de los vencedores, Mélenchon sigue siendo el hombre del saco que disuelve instantáneamente cualquier esperanza de conciliación.
    Pero el propio Faure o el líder de los Verdes Tondelier siguen patrocinando el programa del Frente Popular, que ve entre las principales medidas iniciativas que nunca obtendrían una mayoría de votos, desde la derogación de la reforma de las pensiones con el regreso a la edad de 60, al aumento del salario mínimo hasta los 1.600 euros.
    Hay socialistas, ecologistas, moderados, para quienes "son propuestas para discutir, no urgentes para ser aprobadas".
    Otros, como Raphael Glucksmann, ni siquiera participaron en las reuniones del Frente Popular de los últimos días por evidente incompatibilidad.
    Pero, por el momento, sus voces no suenan tan fuertes como las de las proclamas de los melechonianos.
   

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA

Imperdibles

Compartir

O utilizza