Marine Le Pen y Jordan Bardella, tras el tsunami de votos a su favor del pasado domingo y el contra-tsunami de las 220 abstenciones del Frente Republicano anti-RN (Agrupación Nacional), dicen estar todavía seguros de una mayoría absoluta.
Una eventualidad contra la que Kylian Mbappé salió al campo con todas sus fuerzas desde Les Bleus, el seleccionado de fútbol de Francia, en Alemania: "Es urgente ir a votar, no podemos dejar Francia en manos de determinadas personas", disparó el goleador.
A pesar de los temores y las esperanzas, la mayoría absoluta del RN (289) parece ahora un espejismo y se vislumbran opciones sin precedentes: un acuerdo de coalición, sin extremos, ni siquiera un gobierno técnico, una fórmula tan desconocida en Francia que hoy Le Figaro dedica una página sobre los casos más recientes de Italia, de Carlo Ciampi a Mario Draghi, para explicarlo a sus lectores.
La tensión política se transmite a las calles y plazas, donde el domingo por la noche la alerta por posibles reacciones violentas de los manifestantes "ultraderecha y ultraizquierda" empujó al ministro del Interior, Gérald Darmanin, a preparar un despliegue sin precedentes, con 30.000 policías y gendarmes, 5.000 solo en París, para hacer cumplir la ley. También hubo alarma por varios ataques a personalidades o simples militantes durante la campaña electoral, y sospechas por un tuit del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso en apoyo a Marine Le Pen.
Sin embargo, ella lo plantea como una "provocación" y plantea la hipótesis de una "injerencia".
Le Pen está furiosa contra lo que ella llama "el partido único" que quiere impedir que su pueblo gane, con el único objetivo de "retener el poder". Pero, proclama, "todavía existe la posibilidad de obtener la mayoría absoluta".
Solo un matiz diferente del "tendremos la mayoría absoluta" pronunciado anoche en directo por televisión por Jordan Bardella, candidato a primer ministro. Una nueva encuesta de Ifop confirma hoy que la Asamblea (parlamento) está lejos de la fatídica cuota de 289, pero menos de lo que se creía en la primera encuesta publicada ayer: RN se sitúa entre 210 y 240 escaños, el Nuevo Frente Popular a 170-200, los macronianos de Ensemble están distantes, pero suben a 95-125.
Cifras que preocupan a Mbappé, que volvió a pedir la movilización tras sus llamamientos y los de su colega Marcus Thuram de cara a la primera vuelta: "Es realmente urgente ir a votar en la segunda vuelta. Hemos visto los resultados catastróficos de la primera, no podemos dejar a Francia en manos de ciertas personas. Así que sal de tu casa y ve a votar, tomando la decisión correcta. Es un momento crucial en la historia de nuestro país", alertó Mbappé, que mañana estará en la cancha ante Portugal.
Mientras tanto, los expertos de las partes trabajan para el tiempo posterior a las elecciones, cuando -con toda probabilidad- Francia será ingobernable, con tres partes que no alcanzan la mayoría absoluta y son en parte incompatibles.
Macron y el primer ministro Gabriel Attal han invitado a formar una "coalición" que incluya desde los republicanos hasta los comunistas, para lo cual sería necesaria, sin embargo, la no beligerancia de La Francia Insumisa. La agrupación liderada por el tribuno Mélenchon, perdió hoy una pieza importante, Francois Ruffin, que abandonó el partido en abierto desacuerdo con el líder y sus métodos, después de haber representado la cara razonable y abierta del movimiento.
Junto a Marine Tondelier, joven líder de los Verdes, podría convertirse en una pieza decisiva a añadir a la coalición. El camino -nunca recorrido ni siquiera en teoría- de un gobierno técnico, "una solución italiana", como se repite una y otra vez en los programas de entrevistas, es más difícil.
Por último, es preocupante el creciente nivel de tensión, con violencia hasta ahora desconocida durante la campaña electoral. El miércoles por la tarde, Prisca Thevenot, portavoz del gobierno candidata a un cargo en los suburbios de París, pagó el precio. Fue atacada junto a algunos muchachos que la acompañaban a colocar carteles: "Estoy conmocionada, pero decidida a continuar la campaña", dijo hoy al recibir al primer ministro Attal, que fue a darle su apoyo personal.
Los informes de violencia también provinieron de una candidata de RN, Marie Dauchy, y del ex ministro Olivier Véran, blancos de electores vehementes.
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