Es que se acerca la hora de la verdad, faltan tres días para la primera vuelta de las elecciones políticas anticipadas en Francia, con porcentajes de participación de los años 90 y 2 millones de fiscalizadores.
Pero si hay "inestabilidad política prolongada", esto "perjudicará a los bancos del país".
Marine Le Pen, mientras
tanto, con su Rassemblement National (RN) lanzada hacia la
victoria con un 32% de las intenciones de voto más un 4% de
nuevos aliados, el ala derecha de los republicanos que siguieron
al presidente Eric Ciotti, comienza a hacer planes.
Y mientras Emmanuel Macron se apresura a nombrar "su"
comisario en Bruselas -en la persona de Thierry Breton,
confirmado en Mercado Interior-, el líder de la RN responde con
una andanada sobre política exterior: "El jefe de las fuerzas
armadas es un título honorífico -afirmó-.
No podrá decidir
enviar tropas a Ucrania".
Una verificación de datos realizada por el periódico Le
Parisien, que entrevistó a expertos constitucionales, muestra
que la cuestión es decididamente más compleja.
La "inestabilidad prolongada" que teme la agencia de
calificación, en el caso muy probable de que el joven Jordan
Bardella conviva como primer ministro con Macron en el Elíseo,
parece garantizada.
Para Moody's, esto "tendría un impacto negativo en el
entorno operativo de los bancos franceses".
Las previsiones de la agencia llegan a completar un cuadro
de fuerte preocupación en toda Europa por el futuro de Francia,
con un diferencial que alcanza los 74 puntos, mientras que a
principios de junio se mantenía estable por debajo de los 50.
"Uno de los principales riesgos para el sector bancario
-continuó la agencia- es una caída sustancial y prolongada del
valor de los bonos estatales franceses, que podría provocar una
pérdida de capital en las carteras de bonos soberanos
franceses". No solo eso: los bancos corren el riesgo de ver
"dispararse los costos" para financiarse en el mercado.
Como corolario de las sombrías previsiones, se puede afirmar
que "ambos riesgos" mencionados "siguen estando relativamente
contenidos por el momento".
La tensión va en aumento, la participación será de épocas de
antaño, alrededor del 65% según el último sondeo de Ipsos (menos
del 52% votó en las elecciones europeas). Y al ministerio del
interior continúan llegando noticias de posibles disturbios ya
en la tarde del domingo.
En Lyon, el alcalde ecologista, Grégory Doucet, pidió al
gobierno que envíe "refuerzos policiales".
Mientras tanto, los líderes continúan sus escaramuzas:
Macron se anticipó al comunicar su elección para la Comisión a
los líderes europeos en Bruselas por la tarde, confirmando a
Thierry Breton en Mercado Interior.
Una medida destinada a "defender sus prerrogativas en
materia de política europea en la hipótesis de una convivencia
con la Asamblea Nacional" después de las elecciones, escribió Le
Monde, después de que Bardella hubiera asegurado que el
nombramiento del comisario francés dependería de él como primer
ministro.
El Elíseo, que había manifestado su desacuerdo con esta
intención, tomó contramedidas.
El impulso de la extrema derecha contó con Marine Le Pen.
Según la cual, el término "jefe de las fuerzas armadas"
utilizado por la Constitución para definir una de las
prerrogativas del jefe de Estado no es más que "un título
honorífico, ya que el primer ministro controla el dinero".
Por este motivo, según el dirigente de RN, "el presidente no
podrá enviar tropas a Ucrania". Una interpretación cuestionada
por muchos, primero por los centristas, según los cuales Le Pen
"pone en tela de juicio la Constitución", luego por el propio
jefe del Estado ucraniano, Volodymyr Zelensky, que hoy mismo
hizo saber que está seguro de que "los franceses seguirán
apoyando a Ucrania".
"Estamos convencidos -añadió- de que el próximo gobierno
será independiente del agresor ruso".
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