La líder ultraderechista Marine Le Pen cuestionó "la estigmatización del conflicto palestino-israelí por parte de la extrema izquierda, que dura desde hace meses" y que contribuyó a este "crimen repugnante".
"Todo el mundo -añadió- debe ser plenamente consciente de ello el 30 de junio y el 7 de julio", al acudir a las urnas.
Así, la ultraderecha apuntó contra Francia Insumisa y sus posiciones adoptadas después del pasado 7 de octubre sobre la guerra en Gaza.
Sin embargo, el líder de ese movimiento, Jean-Luc Mélenchon, también se apresuró a declararse "horrorizado por la violación", calificándola de "racismo antisemita".
Con el caso sale a la luz "el condicionamiento del comportamiento criminal masculino desde una edad temprana y el racismo antisemita".
El presidente francés, Emmanuel Macron, denunció "el flagelo del antisemitismo" en el Consejo de Ministros y encargó a la ministra de Educación, Nicole Belloubet, que organizara "un momento de debate" sobre el racismo y el antisemitismo en los próximos días, pues "no deben infiltrarse" en las escuelas.
A la izquierda, la líder ecologista Marine Tonderlier denunció "el antisemitismo, la violencia contra las mujeres, las heridas abiertas de nuestra sociedad".
El Rassemblement National retiró su apoyo a un candidato por un tuit antisemita, mientras que Eric Ciotti -presidente de Républicains, que se mostró abierto a un acuerdo con la extrema derecha - hizo lo mismo por uno de sus candidatos por sus declaraciones "antisemitas y homofóbicas".
Hora tras hora, iban trascendiendo los detalles de la violación de una niña de doce años.
Dos compañeros de 12 y 13 años están siendo investigados por la violación, un tercero es considerado testigo.
Las implicaciones de la historia son de violencia y barbarie sin precedentes, la niña de doce años fue insultada, amenazada de muerte y violada. Los hechos se remontan al sábado, hacia las cinco de la tarde, en el barrio donde vive la niña, en Courbevoie, en la periferia noroeste de París.
Mientras regresaba a su casa acompañada de una amiga, dos personas la detuvieron, luego se acerca también su exnovio, que es unos meses mayor que ella.
Él es agresivo, los 3 la empujan hacia un lugar, una antigua guardería abandonada, donde la obligan a entrar.
El resto de la historia de la niña a la policía tiene sabor a horror: es atacada con preguntas e insultos sobre su religión, que había ocultado al niño.
Ella se defiende gritando que la han tratado varias veces como una "judía sucia".
La patearon, la abofetearon, dos de los agresores la agarraron del pelo y la violaron varias veces. La insultaron constantemente por su religión, por haber "hablado mal de Palestina" y además le pidieron 200 euros si quiere evitar que sus familiares se vean implicados.
Las fotos de la niña en las garras de los agresoras circulan en tiempo real en los móviles de sus compañeros, la víctima regresa a casa desaliñada hacia las 19.30 horas, su madre ya llamó a la policía.
Reconstrucciones, análisis médicos y elementos encontrados en el lugar confirman los dichos de la pequeña.
Al parecer, los tres hicieron declaraciones generales de arrepentimiento, pero sin confesar la violencia sexual.
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