Otras ocho personas resultaron heridas en los ataques que "no dejarán de tener consecuencias para el Estado terrorista.
Debemos garantizarlo con nuestra fuerza, nuestra defensa y nuestras capacidades políticas", comentó el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, subrayando que el raid tuvo como objetivo "edificios residenciales y viviendas particulares".
Pero no es solo Donetsk el que está sangrando. Al sur, las tropas rusas bombardearon la región de Jersón 112 veces en 24 horas, dejando una persona muerta y cinco heridas, dijo el gobernador Oleksandr Prokudin.
Las incursiones de Moscú también alcanzaron la región de Khmelnytskyi, mientras Kiev continúa apuntando sus armas a la Crimea ocupada: la fuerza aérea ucraniana anunció que había atacado e inutilizó, durante la noche, la base aérea rusa de Saki, al oeste de la península.
Un éxito reivindicado después de que Moscú informara de haber derribado 4 misiles ucranianos sobre la región en manos rusas desde 2014.
Si bien la diplomacia no encuentra el impulso adecuado para un atisbo de paz, las armas que hablan sobre todo permanecen, con los misiles norcoreanos entrando de lleno en los arsenales rusos, mientras persisten los temores para un Occidente que tiene dificultades para encontrar certezas sobre el suministro de ayudas -militares y no- para Kiev.
Dinamarca dijo que retrasará la entrega de los primeros aviones de combate F-16 a Ucrania hasta el segundo trimestre del año, después de evaluar que los pilotos ucranianos entrenados para usarlos aún no están listos, y espera que lo estén en la primavera. Mientras tanto, Rusia solicitó una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en relación con el suministro de armas a Ucrania por parte de sus socios, respondiendo así a la petición de los países occidentales de una reunión similar para hablar sobre el envío de armas a Rusia por parte de Pyongyang, desmentido por el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
Y ahora que la guerra está cada vez más cerca de su segundo aniversario, se evalúan los posibles escenarios sobre el futuro, mientras el frente se traga las vidas de miles de tropas de ambos bandos: según el Ministerio de Defensa británico, Moscú registró un aumento en las pérdidas el año pasado con un promedio de 300 bajas militares por día.
"Y si las cifras continúan al ritmo actual el próximo año, Rusia habrá perdido más de medio millón de hombres en Ucrania" para 2024, sostiene Londres. Pero las pérdidas en el terreno no detendrán a Moscú, al contrario: según el último informe del grupo de expertos estadounidense Institute for the Study of War (ISW), los invasores podrían intensificar sus esfuerzos para conquistar Kupiansk en las próximas semanas, dado que sus fuerzas en la zona están menos probadas que las que intentan avanzar en otros lugares.
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