Desde la orilla izquierda del río, piedra angular de las defensas soviéticas durante la Segunda Guerra Mundial, las tropas de Moscú -que suman "varias decenas de miles"- responden "con fuego de artillería", declaró la portavoz de las fuerzas armadas ucranianas, Natalia Gumenyuk.
"Todavía tenemos mucho trabajo por hacer", añadió.
El escenario de la ofensiva ucraniana es la región meridional de Jersón, reconquistada tras el retiro ruso.
El
último éxito sustancial en la contraofensiva lanzada por Kiev a
comienzos del verano, que se dirige hacia el sur para recortar
las líneas de suministros en Crimea, se remonta a agosto pasado,
cuando fue capturada la aldea de Robotyne, en la región de
Zaporiyia.
Con escasa cobertura aérea y claramente inferiores en
artillería, desde junio las fuerzas ucranianas sufrieron grandes
pérdidas ante los avances muy agotadores.
La ofensiva rusa, por el contrario, avanza a lo largo de las
líneas de Donetsk y Lugansk, en Donbass, que apuntan en
dirección a Avdiivka y Kupyansk, que parecen ser los principales
objetivos rusos en este momento.
Incluso en este caso los
avances son limitados, mientras que las pérdidas son "muy
significativas", estima el servicio de inteligencia de Londres.
Y tras una pausa de más de 52 días, un enjambre de drones
kamikazes iraníes suministrados a Moscú atacó la capital Kiev.
Los sistemas de defensa aérea "derribaron todos los aviones
enemigos", lo que, en cambio, causó daños limitados a algunas
infraestructuras específicas del país.
En Rusia, los limitados éxitos militares siguen alimentando
el descontento: el presidente, Vladimir Putin, que participará
por videoconferencia en la cumbre virtual del G20 prevista para
el miércoles, se ve obligado a aceptar las críticas del
ultranacionalista Igor Girkin, en prisión en espera de juicio
por incitación al extremismo, quien reiteró su intención de
postularse para la presidencia rusa.
"Entiendo perfectamente que en la situación actual de Rusia,
participar en la campaña presidencial es como sentarse a una
mesa a jugar a las cartas con tramposos", afirmó Girkin, que
pide una acción militar "más eficaz".
La única nota positiva en un día más de guerra es el regreso
a casa de un huérfano ucraniano secuestrado por los rusos en
Mariupol en las primeras semanas de la invasión. El caso de
Bogdan Yermokhin, que hoy cumplió 18 años, se cerró gracias a
una serie de negociaciones en las que participaron funcionarios
de Moscú, Kiev y Bielorrusia.
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