Así lo afirma una investigación publicada por el medio de investigación The Insider, que reveló que estos equipos también se vendieron a empresas que luego los revendieron a otras compañías armamentísticas.
Según la publicación, los productos de las empresas fundadas sobre la base de la Riga Semiconductor Plant (RZPP) fueron adquiridos por la empresa rusa LLC Lesta-M, que suministraba microchips letones al complejo militar-industrial ruso.
El
copropietario de Lesta-M es Petr Shumov, quien anteriormente
estaba a cargo de Alfa LLC, la oficina de representación rusa de
RZPP.
Insider sostiene que el principal socio comercial de Lesta-M
es el Instituto de Investigación de Dispositivos Electrónicos
(Niiep), con el que la empresa ha formado contratos por 43
millones de rublos, y señala que Niiep forma parte de Rostec a
través de la compañía Techmash.
El instituto estuvo involucrado
en el desarrollo de los sistemas de misiles Kinzhal e Iskander,
entre otros.
Además, Lesta-M suministró productos de RZZP a la Planta
Electromecánica Kupol de Izhevsk, que produce el sistema de
misiles tierra-aire Tor-M2E, así como a otras empresas dentro
del complejo militar-industrial. Lesta-M habría firmado
contratos estatales para el suministro de microchips procedentes
de Letonia por más de 80 millones de rublos. Al mismo tiempo,
fuentes de The Insider en las fuerzas armadas ucranianas afirman
que todavía no se habían encontrado microchips en los misiles
rusos derribados.
"Todavía no esta claro si estos microchips se han utilizado
para la producción de misiles, pero sin duda pueden ser
utilizados, ya que se han encontrado dispositivos con parámetros
similares, particularmente en el Kinzhal, el S-300 y en el
X-59", publicó The Insider.
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