Los "desarrollos sobre el campo" en una serie de países de origen y de tránsito, liderados por "factores macroeconómicos globales" (sobre todo, inflación persistente y recesión global), tendrán "un impacto negativo" sobre las condiciones socioeconómicas de amplias poblaciones y harán presagiar un aumento de flujos migratorios hacia Europa.
Así lo indica el análisis sobre los riesgos para este año de Frontex (la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, un sistema de gestión y control fronterizo dedicado al área europea sujeta al Acuerdo de Schengen).
El texto agrega que para 2023 y 2024 "es probable" que las rutas del Mediterráneo oriental y del Mediterráneo central "verán una mayor actividad migratoria y una proporción más elevada de los flujos migratorios totales hacia las fronteras externas de la Unión Europea".
"Parte de este fenómeno -agrega el reporte- será probablemente el uso creciente de los corredores de Turquía, Líbano y Siria hacia el Mediterráneo central que signará un nuevo matiz entre las rutas del Mediterráneo oriental y central.
Este fenómeno será exacerbado por el aumento de las conexiones aéreas entre las dos zonas geográficas, que ya llevaron al registro de migrantes, como los sirios, tradicionalmente presentes sólo en el Mediterráneo oriental, en las rutas procedentes de Libia". "A los flujos hacia el norte desde Libia y Túnez se agregará una cantidad creciente de migrantes norafricanos y de varios países subsaharianos, cuyos países deben afrontar previsiones económicas y de seguridad, de derechos humanos y climáticas preocupantes para 2023 y 2024", indica el texto.
"Los factores que mitigan los flujos de migrantes irregulares son una mayor cooperación a través del Mediterráneo y un renovado compromiso bilateral y multilateral para consentir a las autoridades de los terceros países prevenir el tráfico de migrantes en su territorio", concluye el reporte.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA