Sobre el punto en el que los 27 países quedaron varados, es
decir, la importación de caucho sintético, cerraron con un
compromiso entre Polonia, que quería una prohibición total, y
países, como Alemania e Italia, que se oponían: hay una
prohibición de importación con una exención este año hasta 355
mil toneladas.
La nueva ronda de sanciones vale 13 mil millones y afecta a
varios sectores.
Pero el presidente ucraniano Voldimir Zelensky no se mostró
del todo convencido: "La presión sobre el agresor ruso debe
aumentar: esperamos pasos decisivos contra Rosatom y la
industria nuclear rusa, más presión sobre los militares y los
bancos".
Lo cierto es que las medidas decididas por los 27 países
involucran al sector bancario (3 institutos) y al acceso de
Moscú a la tecnología.
Además, las exportaciones a Rusia de más de 11 mil millones
de euros están bloqueadas.
En las restricciones se incluyen los componentes
electrónicos utilizados en armamentos rusos, rescatados del
campo de batalla, como drones, misiles, helicópteros, circuitos
integrados electrónicos o cámaras térmicas, así como materiales
específicos.
Existen restricciones para otras 96 entidades que apoyan el
complejo militar e industrial de Rusia.
Las sanciones también incluyen a siete entidades iraníes,
que producen drones utilizados por el ejército ruso.
Se impusieron restricciones a la importación de bienes por
1,3 mil millones de euros que generan importantes ingresos para
Rusia como el asfalto y el caucho sintético, este último en el
centro de una apretada negociación hasta el final.
El límite máximo fijado parece ser inferior a la cantidad
del compromiso buscado por la Comisión, pero en cualquier caso
está previsto un nuevo análisis por parte de la Comisión sobre
el tema.
Varsovia obtuvo a cambio otras garantías de cara al próximo
paquete.
En cuanto a la discusión sobre las sanciones a la energía
nuclear rusa o a los diamantes, sobre las que también se
comprometió a trabajar colectivamente el G7, sólo se pospuso,
dados los importantes ingresos que garantizan a Moscú.
"Seguiremos aumentando la presión sobre Rusia" hasta que
"Ucrania se libere de la brutal agresión", garantizó el alto
representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell.
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