Desde hace un año, luchan en el frente en medio de las
escarchas, de las minas, bajo las bombas de los rusos.
De muchos de ellos sólo queda un nombre, y ese
reconocimiento lo retira una esposa, un hijo, una madre o un
padre, a quienes solo les quedan los recuerdos y las lágrimas de
quienes dieron su vida por la libertad de Ucrania.
El ambiente en el monasterio de San Michele es solemne.
Es solo una de las muchas ceremonias que marcan un día en
particular, el aniversario de la invasión rusa, pues pasó un año
desde aquella mañana del 24 de febrero de 2022 que sacudió al
mundo, con un antes y un después en la historia mundial.
En el centro está Ucrania, están los ucranianos con su
resistencia a la que el presidente Volodymyr Zelensky rindió
homenaje, hablando de "un año de dolor", pero un año en el que
"seguimos siendo invencibles".
Las historias e imágenes de esos soldados dieron la vuelta
al mundo durante estos 12 meses de guerra.
Las bellas, que inmortalizaron, ya en los primeros meses del
conflicto, a parejas muy jóvenes que se casaban en el frente:
camufladas, con pequeños ramos improvisados ;;en la mano.
Pero también muchas imágenes dramáticas, desde las de la
denodada resistencia del batallón Azov atrincherado durante
meses en las entrañas de la planta siderúrgica, que se ha
convertido en símbolo de la resistencia de Mariupol, hasta las
historias de los que no lo lograron.
Empezando por Denys Tkach, el soldado que los libros de
historia recordarán como el primer soldado ucraniano asesinado
por los rusos al comienzo de lo que Moscú siempre denominó como
"la operación especia"'.
Tenía 36 años -recordó The Guardian- y su cuerpo estaba
acribillado a balazos por las armas silenciadas de los
invisibles asaltantes rusos en la aldea de Zorynivka, en
Lugansk.
Poco antes, en la plaza frente a la catedral de Santa Sofía
en Kiev, en una ceremonia no anunciada -pero organizada hasta el
más mínimo detalle- Zelensky los invitó a un minuto de silencio
y rindió homenaje a los soldados ucranianos, se oró por ellos.en
el monasterio ortodoxo.
Decenas de soldados, provenientes de diferentes batallones,
se encontraban entre los bancos.
"Definitivamente derrotaremos al agresor y restauraremos
nuestra integridad territorial. Pagamos cada día por nuestra
libertad. Todos los días, nuestros gloriosos héroes por siempre
dan su vida por ello. Todos los días mueren civiles inocentes en
Ucrania".
"Por eso, debemos seguir resistiendo en esta guerra",
subrayó el sacerdote que dirigió la oración.
"Estamos convencidos de nuestra victoria, porque la verdad
está de nuestro lado. Y donde hay verdad, siempre está Dios y la
ayuda de Dios. Hoy damos gracias a Dios, damos gracias a cada
defensor", coreó desde el altar, lanzando un mensaje de
tranquilidad para el futuro.
"Juntos somos fuertes e invencibles, nada puede vencernos
Entre nosotros reina el amor: el amor a nuestra patria, a
nuestra familia", añadió.
Las campanas habían sonado en la ciudad en las primeras
horas de la mañana, como para marcar el momento exacto en el que
la vida cambió para todos aquí.
Todo cambió en Kiev, pero aún hoy la capital está decidida a
hacer suyo el fluir de la vida y a defenderlo también.
Muchas ceremonias, muchas iniciativas y momentos para
recordar. Pero "no es una 'celebración", aclararon quienes
vieron que su vida cambió para siempre. Así cada uno, en su
día, encuentra un momento para recordar. Pero con ganas de mirar
hacia adelante.
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