"No habrá ruptura entre Forza Italia y el Partido Popular Europeo (PPE)", afirmó hoy el ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Antonio Tajani, en declaraciones a la prensa italiana al margen de la Conferencia de Seguridad de Munich y en medio del entuerto que disparó Silvio Berlusconi.
Tajani dijo que había hablado con el presidente del PPE, Manfred Weber, y había tenido una aclaración. "Berlusconi y Forza Italia son lo mismo", precisó el ministro, respondiendo a una pregunta sobre las declaraciones del ex premier sobre Ucrania.
"Forza Italia siempre ha estado con la OTAN y con la postura apoyar a Ucrania", agregó el canciller.
Berlusconi objetó al presidente Volodimir Zelensky y hasta lo acusó de ser parcialmente responsable de la guerra. Cinco días después de esas afirmaciones (que el Partido Popular Europeo ya había rechazado) la ruptura se hace visible y hace saltar por los aires la convención del EPP en Nápoles.
Es en una de las ciudades más queridas por "Il Cavaliere" donde se estaba organizando la manifestación -del 6 al 9 de junio en el Palacio Real, con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como invitada-, pero allí es donde Weber abrió la pelea.
Con un tuit, el líder del PPE anunció que se han cancelado las jornadas napolitanas. Y también es explícito el por qué: detrás del 'boicot' están precisamente las declaraciones anti-Kiev que hizo Berlusconi el domingo pasado, a la salida del colegio electoral ("como primer ministro nunca habría ido a hablar con Zelensky", dijo).
Pero con el riesgo nuclear acechando, Berlusconi no volverá a pasar como un "belicista". Pero, la réplica de Berlusconi no se hizo esperar: "En lugar de criticarme por Ucrania, deberían abrir una mesa por la paz".
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