La guerra en Ucrania continúa, más allá de las treguas efímeras y se espera un invierno difícil, mientras la Casa Blanca acaba de anunciar más ayuda militar a Kiev por tres mil millones de euros, además de la asistencia que llegará de la Unión Europea.
Alemania enviará tanques Marder y el sistema de misiles Patriot, Francia los tanques de combate Amx-10 RC y también Italia se prepara para hacer parte con el sexto decreto -el primero del gobierno de Giorgia Meloni- que podría ver la luz en las próximas semanas.
Se trata de un tema que el asesor de seguridad nacional estadounidense Jake Sullivan discutió ayer con Francesco Taló, el asesor diplomático de la primera ministra Giorgia Meloni. Se resolverá en la próxima reunión del grupo de contacto de defensa de Ucrania (el llamado 'formato Ramstein', en el que participan unas 50 países 'donantes'), prevista para el 20 de enero.
El ministro de Defensa de Italia, Guido Crosetto, ha sido equilibrado sobre el momento y el contenido del nuevo decreto, limitándose a subrayar que "Italia seguirá haciendo lo propio", añadiendo que Ucrania no sólo necesita ayuda militar, sino también de grupos electrógenos, generadores y plantas para hacer frente a los daños a la infraestructura energética causado por los bombardeos de Moscú.
Como ya sucedió en cinco ocasiones anteriores con el Gobierno de Mario Draghi, cuando se defina el contenido de la medida, el ministro de Defensa se lo explicará al Copasir -el Comité parlamentario para la seguridad y defensa- en audiencia secreta.
La reunión del Grupo de Contacto está prevista para el día 20, cuando habrá una discusión sobre las necesidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania y sobre las posibles contribuciones de los aliados, tendrá como objetivo coordinar los esfuerzos de los diferentes países involucrados.
Es sabido que entre lo deseado por Kiev está el escudo antimisiles para proteger las ciudades de las bombas y misiles de Moscú. Italia tiene a su disposición el sistema Samp-T, producido en colaboración con Francia.
Cinco baterías en la dotación del 4º regimiento de artillería antiaérea en Mantua, más uno para entrenamiento. El sistema monta misiles Aster 30 que puede interceptar aviones en un radio de 100 km y misiles dentro de un perímetro de 25 km.
Se trata de evaluar si Italia puede permitirse prescindir de una de estas baterías, que también son muy costosas y deben ser reemplazado para no degradar la seguridad nacional. No sólo eso, cualquier transferencia debe ser acordada con el gobierno de Francia.
En el frente de la defensa aérea, otra hipótesis posible para Italia es reacondicionar la vieja Spada 2000, con misiles Aspide, que ya no está en servicio y definitivamente menos efectiva que la Samp-T.
A la espera del decreto de armamentos, se espera que llegue el próximo martes a la Cámara y el Senado la conversión del decreto ley que prorroga hasta al 31 de diciembre de 2023 "la autorización para transferir medios, materiales y equipo militar a las autoridades del gobierno ucraniano", una cesión que debe tener lugar "dentro de los recursos provistos por la legislación vigente".
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