El derby de la capital de España entre Atlético y Real Madrid fue suspendido durante 25 minutos a los 60' por el árbitro Mateo Busquets debido a los excesos de la afición del equipo "colchonero" en el estadio Wanda Metropolitano.
Todo empezó poco después de que el brasileño Eder Militao abriera el marcador para Real Madrid, tras lo cual la afición del Atlético Madrid comenzó a lanzar objetos al terreno de juego muy cerca del arquero del club "merengue", el belga Thibaut Courtois.
En ese contexto, Busquets llamó al argentino Diego Simeone y al italiano Carlo Ancelotti, entrenadores del Atlético Madrid y del Real Madrid, respectivamente, para informarles su decisión de suspender el partido transitoriamente.
Ambos equipos se dirigieron a los vestuarios, mientras que Simeone se acercó hasta la grada situada detrás del arco custodiado por Courtois para calmar los ánimos y la voz del estadio anunció que el partido sería suspendido definitivamente en caso de continuar los incidentes.
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