El servicio secreto está tratando de determinar si una persona representa una amenaza inminente para uno de sus protegidos.
Amenazar al presidente o al vicepresidente de Estados Unidos es un delito que puede acarrear una multa o hasta cinco años de prisión.
Según Nate Herring, portavoz del Servicio Secreto, "por política, no hacemos comentarios sobre este tipo de asuntos, pero podemos decir que investigamos todas las amenazas relacionadas con nuestros protegidos".
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA