Milan goleó hoy por 4-0 al ascendido Venezia, celebró su primera victoria en el campeonato en uno de los adelantos de la cuarta fecha y se reencontró con el triunfo justo antes de su debut en la Champions League con nuevo formato, el martes frente a Liverpool en San Siro, y del "Derby della Madonnina" que animará dentro de ocho días con Inter en este mismo escenario.
El francés Theo Hernandez, hoy titular en el equipo del portugués Paulo Fonseca, abrió el marcador a los 2' y le dio una dosis de tranquilidad al "rossonero" y a los más de 70 mil aficionados presentes que le permitió sentenciar el pleito en apenas un tiempo y regular energías en el complemento de cara a lo que viene.
Su compatriota Youssouf Fofana estiró la ventaja a los 16', mientras que el estadounidense Christian Pulisic celebró el tercer gol a los 25' de penal, vía por la cual el británico Tammy Abraham decretó el 4-0 final apenas cuatro minutos más tarde.
Para alegría de sus fanáticos y de Fonseca, Milan sumó por primera vez de a tres puntos en el torneo, que había iniciado con un empate agónico en dos frente al Torino en San Siro, para luego sufrir su primera y única derrota en campo de Parma por 2-1 antes de igualar nuevamente en dos goles frente a Lazio en el Olímpico en la jornada anterior.
La resurrección llegó en la cuarta fecha y ante un rival a medida, pues Venezia, que regresó a la máxima categoría al ganar los "play-off" por el tercer ascenso en la Serie B, cosechaba apenas un punto en el torneo producto del empate sin goles en campo de Fiorentina por la segunda jornada, previo al cual había caído por 3-1 ante Lazio de visitante y por 1-0 de local frente al Torino.
Menos de media hora le demandó a Milan completar su faena en un duelo en el que la diferencia de categoría le jugó en contra al equipo de Eusebio Di Francesco, que marcha en la última posición y cuyo principal objetivo es la permanencia.
Diametralmente opuestas las ambiciones de un Milan que, según Fonseca, debe pelear por el "scudetto", aunque seguramente el "Diavolo" deberá mejorar y mucho para aspirar a ser candidato a la corona, más allá de que hoy haya logrado una ventaja en tan poco tiempo como no lograba hacerlo desde hacía siete décadas.
Como sea, el equipo del portugués superó el examen y jugó sin fisuras y hasta Abraham dijo presente en el marcador en su primer partido como titular en un Milan que volvió a funcionar como equipo y pareció dejar atrás la polémica relacionada con la decisión de Fonseca de relegar al banco de suplentes a Hernandez y a su compatriota Rafael Leao por cuestiones tácticas.
Hoy ambos iniciaron como titulares y el francés fue la llave que abrió la puerta a la necesitada victoria, además de haber jugado hasta el último minuto, en tanto que el portugués le dejó su lugar en cancha a los 63' al español Alvaro Morata, uno de los refuerzos que llegó en el último mercado de pases.
El hoy capitán Hernandez aplacó las agitadas aguas en San Siro en la primera llegada a fondo del Milan y tras una combinación con el subcapitán Leao, quien le cedió el balón de taco para que el francés celebrase el primero de la tarde-noche conectándolo por entre las piernas del finlandés Jesse Joronen.
Fue el preludio de una velada feliz y el autor del gol lo celebró con rabia, una imagen que resumió la sed de revancha de un equipo cuestionado que acalló las críticas con un triunfo categórico ante un rival que intentó responder al primer golpe, pero después del segundo pareció tirar la toalla y terminó cayendo por nocaut.
El tercero llegó como corolario de una jugada en la que Joronen no logró retener la pelota y en su intento desesperado por recuperarla terminó cometiéndole una falta a Abraham que el árbitro Davide Di Marco no dudó en sancionar con penal, aunque la falta terminó tomándola Pulisic para batir al arquero desde los 12 pasos.
Una nueva falta en el área, cometida esta vez por el belga Joel Schingtienne contra Leao y advertida por el VAR, le dio a Abraham la posibilidad de celebrar su gol y sentenciar el partido antes del descanso, al regreso del cual hubo poco para destacar aún cuando Milan no pareció conformarse y fue por más.
Venezia intentó concretar al menos el gol del honor y lo convirtió a 20 minutos del final, pero el tanto fue invalidado por Di Marco por una falta previa de Nicolussi Caviglia, quien ya estaba amonestado y vio la segunda amarilla, dejando a su equipo con diez y sepultando las últimas esperanzas de llegar al descuento.
Milan recuperó la memoria y la sonrisa, al menos por un rato, porque los próximos compromisos anticipan dificultades mucho mayores para el equipo de Fonseca, que volverá a rendir examen en San Siro por partida doble frente a dos adversarios de fuste ante los cuales tendrá que refrendar lo hecho en esta jornada.
Pero al menos, mientras tanto, disfrutará de un fin de semana como no lo hacía desde hacía tiempo, y podrá enfocarse en Liverpool y en Inter con un ánimo renovado.
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