La presencia de Javier Milei en un evento conservador internacional, previsto para mañana en el estado brasileño de Santa Catarina, con la asistencia del expresidente derechista Javier Bolsonaro, elevó las tensiones entre el presidente argentino y su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
Si el líder ultraliberal vuelve a repetir las ofensas contra el jefe de Estado progresista en suelo brasileño, la respuesta de Brasilia probablemente será llamar a consultas a su embajador en Buenos Aires, Julio Bitelli. Esto no sucedería desde 1906, cuando el entonces ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Barón Rio Branco (considerado el padre de la diplomacia brasileña), convocó al embajador de su país en Argentina en medio de los conflictos desatados por la demarcación de las fronteras bilaterales.
Si la crisis no amaina, el siguiente paso sería retirar al embajador argentino y dejar la embajada en manos de un encargado de negocios. Al mismo tiempo, se analizaría la situación del nuevo representante diplomático argentino en Brasil, Daniel Raimondi, quien llegará a Brasilia la próxima semana, pero aún no presentó sus cartas credenciales al presidente Lula.
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