Estados Unidos debe "probar la fiabilidad y seguridad de las nuevas armas nucleares en el mundo real por primera vez desde 1992", escribió O'Brien en la revista Foreign Affairs, explicando que las pruebas ayudarían a Estados Unidos a mantener "la superioridad técnica y numérica" en comparación con las armas chinas y rusas.
Muchos expertos creen que la reanudación de las pruebas es innecesaria porque pondría en riesgo la moratoria respetada durante décadas por las grandes potencias.
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