Si durante años la población local siempre mostró a periodistas y visitantes la devastación de su tierra, la implantación de estos tours crea ahora una nueva forma de turismo, el de denuncia medioambiental.
Incluso se realizan paradas en los hogares donde el petróleo comenzó a emerger del suelo y en los de personas que contrajeron cáncer por beber agua contaminada por petróleo.
Los recorridos muestran sitios contaminados en las provincias amazónicas de Orellana y Sucumbíos, en el noreste de Ecuador, donde Texaco, ahora Chevron, operó entre 1964 y 1990, con más de 1.000 yacimientos petrolíferos.
El pozo Aguarico 4 es una de las siete paradas del recorrido de ocho horas, que se ofrece tres veces al mes a 40 participantes a la vez.
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