Se trata de una conversación vía web "particularmente dramática", según el fiscal de Perugia, Raffaele Cantone, porque se refería "a los momentos inmediatamente anteriores" a la toma de las drogas letales, cuando el mismo joven romano, todavía en el instituto y activo en la red con varios apodos, después de que Próspero no respondiera a una tercera persona, concluye de forma escalofriante: "Mira, estás hablando con un muerto".
En el chat también se aprecian las dudas de Andrea, de 19 años, que le confía a su casi par que no tiene fuerzas para realizar el gesto y a cambio recibe ánimos para hacerlo con indicaciones de cómo llevarlo a cabo.
Y una vez ingerida la droga, observan los investigadores, el joven de 18 años no piensa en pedir ayuda sino en borrar los rastros para localizarlo.
Para uno de los abogados de los familiares del joven de Abruzzo, Francesco Mangano, la investigación "ha comenzado a proporcionar respuestas importantes a las preguntas legítimas de la familia".
Su esperanza, sin embargo, es que "la tragedia de Andrea pueda ser también, como quizás un muy escaso consuelo, una advertencia para muchos jóvenes que no encuentran un océano en el que navegar en la red, sino un abismo profundo y extremadamente peligroso".
"Honestamente, todavía tengo dudas de que lo haya hecho, voluntariamente o ayudado por alguien.
Siempre soy de la opinión
de que fue un asesinato", dijo Michele Prospero, el padre de
Andrea.
Por el momento, lo que queda son los momentos que
precedieron y siguieron al suicidio del joven de Abruzzo "que
fue repetidamente incitado y alentado por el sospechoso a
hacerlo".
En particular, cuando - según la reconstrucción del
escuadrón móvil de Perugia y de la policía postal - Próspero le
dijo a su amigo que no tenía la determinación para realizar el
gesto, por lo que le pidió aliento.
Luego fue recibido por el sospechoso, quien, según la
fiscalía, le hizo superar su miedo induciéndole a ingerir la
droga y quitarse la vida.
"Este es el mundo de Internet, con consecuencias dramáticas
incluso para quienes lo miran no sólo como jurista sino también
como padre", comentó Cantone durante una conferencia.
"Dos personas que nunca se habían conocido personalmente
comenzaron a hablar de sus problemas - dijo - y uno de ellos
logró esencialmente convencer al otro de hacer un gesto extremo,
que fue el suicidio.
Por eso tenemos que hacernos una serie de
preguntas".
Andrea Próspero había desaparecido en Perugia el 24 de
enero, entre búsquedas desesperadas y llamamientos de su
familia, que recurrió también a los medios de comunicación.
La trágica noticia de su muerte llegó el 29 de enero. No se
encontraron signos evidentes de violencia en su cuerpo y la
autopsia reveló que la causa del deceso fue una sobredosis de
benzodiazepinas, probablemente tomadas el mismo día de su
desaparición.
Su perfil psicológico, aunque preliminar, parecería
contrastar con la hipótesis de un gesto extremo.
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