Las dolinas o foibe son fallas geológicas carcásicas en Trieste, que generan grietas de más de doscientos metros de profundidad.
La atroz modalidad de eliminación y ejecución
consistía en fusilar a algunos seleccionados y atar sus
cadáveres a otras personas vivas, de tal manera que, con la
inercia de los cuerpos, unos y otros caían en las fosas.
"En las zonas fronterizas orientales, después de la
opresión fascista, responsable de una dura política
segregacionista hacia las poblaciones eslavas, y de la bárbara
ocupación nazi, se instauró la dictadura comunista de Tito,
inaugurando una despiadada temporada de violencia contra los
italianos residentes en esas zonas", dijo Mattarella desde el
Palacio Quirinal.
Por eso, subrayó, "pronto, bajo la amenaza y tras una
segunda ola de violencia, nuestros conciudadanos de Istria,
Dalmacia, Fiume, se encontraron ante el dramático dilema:
asimilarse, ignorando las propias raíces, la lengua, las
costumbres, la religión, la cultura.
O marcharse, perdiendo las
propias posesiones, la casa, el trabajo, las tierras que los
vieron nacer".
"La gran mayoría optó por no renunciar a su italianidad y,
de hecho, a sus libertades, de pensamiento, de culto, de
palabra. Trescientos mil - hombres, mujeres, ancianos, niños -
recogieron algunas cosas, emprendieron el triste camino del
éxodo", recordó el Presidente.
La triste historia de los exiliados, prosiguió el jefe de
Estado, "ha sido subestimada y, a veces, incluso ignorada. La
institución de la Jornada de la Memoria, votada por una amplia
mayoría del Parlamento italiano, ha contribuido a reconectar ese
capítulo trágico y olvidado de la historia italiana, a veces
incluso apartado con culpabilidad. Durante demasiado tiempo,
"foiba" e "infoibare" han sido sinónimos de ocultación de la
historia".
Asimismo, Mattarella condenó después los recientes actos
vandálicos en el sumidero de Basovizza, afirmando que "ninguna
provocación miserable puede reducir su memoria y su dura
condena" porque "de ese período, marcado por una larga serie de
asesinatos, detenciones, torturas, saqueos, desapariciones, los
sumideros siguen siendo el símbolo más oscuro".
"La guerra siempre trae consigo consecuencias terribles: luto,
dolor, devastación", añadió el Presidente de la República.
En las redes sociales, la primera ministra Meloni subrayó
que "en el Día de la Memoria rendimos homenaje a las víctimas de
las foibes y a todos aquellos que sufrieron la tragedia del
éxodo juliano-dálmata, una página dolorosa de nuestra historia
olvidada durante demasiado tiempo".
"Recordar es un deber de verdad y justicia, para honrar a
quienes sufrieron y transmitir esta memoria a las nuevas
generaciones. Italia no olvida", añadió.
El ministro del Interior, Matteo Piantedosi, subrayó
también que "hoy, en el Día de la Memoria, Italia rinde homenaje
a las víctimas de la foibe y del éxodo juliano-dálmata".
"Miles de personas masacradas en las foibes, cientos de
miles obligadas a huir, culpables sólo de ser italianos. Durante
años, una cierta izquierda ha negado, minimizado, justificado.
Todavía hoy, algunos intentan reescribir la historia, entre
atropellos vergonzosos y actos de vandalismo, pero el recuerdo
de esos inocentes no se puede borrar", escribió el viceprimer
ministro Matteo Salvini en las redes sociales. "La memoria es un
deber, la verdad es un derecho. Hoy y siempre honramos a
nuestros compatriotas víctimas de una de las mayores tragedias
del siglo XX", completó.
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