Es un enigma, con varias variables aún sobre la mesa. Pero la idea de acelerar y resolver rápidamente la cuestión de la sustitución de Raffaele Fitto (ocupaba el cargo de ministro de Asuntos Europeos de Italia), que se trasladará a Bruselas a partir del domingo para ser número dos en la Comisión Europea que encabeza Ursula von der Leyen, es la que aparentemente prevalece en las últimas horas en el Palazzo Chigi.
Quizás incluso sin deshacer las delegaciones, sino confiando todo el departamento a un nuevo ministro. Giorgia Meloni ya saludó en público, visiblemente conmovida, a uno de los miembros más confiables de su equipo, al que cedió a regañadientes para Bruselas precisamente porque no hubiera querido privarse de él en Roma.
Y en la larga jornada en la que, junto a él, pone en orden una serie de expedientes, surge inevitablemente la pregunta de qué sigue. Con la única certeza de querer "entregarlos en excelentes manos", como dijo en la sala de control de la PNRR (Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia).
Los últimos días no han sido los mejores para la mayoría.
Las tensiones continúan, con la Liga insistiendo con el dilema de la RAI (está dispuesta a transformar la propuesta de aumentar los límites máximos de publicidad en la televisión pública en una enmienda en la primera oportunidad) y Forza Italia alegrándose por el alto, el tercero, a las normas sobre ciberseguridad.
El decreto de justicia pasa al Consejo de Ministros, pero las normas cibernéticas son eliminadas del texto en el último momento, al igual que la llamada 'mordaza' para los magistrados.
En cambio, llega una mejora del brazalete electrónico y los controles relacionados a ese punto. Todas discusiones en el seno del Gobierno.
Ese encuentro de ayer fue el último para Fitto, a quien sus compañeros saludaron con aplausos. Matteo Salvini no está allí, sino porque, explican sus padres, tuvo que regresar a Milán por un problema de "salud familiar", como también confirmó por radio el propio viceprimer ministro.
En resumen, no hay cumbres de recuperación, ni siquiera ventiladas por muchos partidos después de la evidente división sobre el canon de licencia de la RAI. Ni siquiera se menciona la huelga general de las centrales obreras CGIL y la UIL, mientras las condenas de los enfrentamientos y bataholas en Turín son severas.
El CDM (Consejo de Ministros) pasa rápido, poco más de un cuarto de hora, luego quedan los demás compromisos de Fitto por terminar. La dimisión llegará en las próximas horas, mientras tanto hay que encontrar la solución adecuada para compensar su marcha.
Meloni también lo habría discutido extensamente durante el almuerzo de mitad de semana con el presidente Sergio Mattarella, presentándole las distintas opciones, incluida la de mantener intacto su presupuesto. Un enigma para la primera ministra desde antes del verano, cuando aún no se había hecho oficial la candidatura del que luego se convirtió en vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea.
La primera hipótesis, la de mantener el interino y tomar más tiempo para solucionar el asunto, habría perdido espacio con el tiempo y ahora estaría en la cola. Así como lo que prevaleció, aunque levemente, en las últimas horas, fue precisamente el deseo de no desempacar. Aunque este último escenario sigue siendo bastante fuerte.
Cohesión y PNRR en cualquier caso, aseguran desde las altas esferas del gobierno, permanecerían juntos, Meloni lo ha hecho bandera, ondeada también en Apulia, donde firmó, junto con Fitto, el último acuerdo de cohesión.
La máquina está ahora tan bien engrasada, según el razonamiento de la mayoría, que incluso un técnico podría ser lo suficientemente bueno para llevarla adelante (y se menciona, entre otros, el nombre de la actual jefa de gabinete de Fitto, Ermenegilda Siniscalchi, o de la subsecretaria de la presidencia Alfredo Mantovano, cuya presencia en la sala de control de la PNRR no ha escapado ni siquiera a los técnicos que siempre la frecuentan).
Por otra parte, se consideraría que los asuntos europeos tienen un perfil más "político", y la elección, entonces, se vuelve aún más compleja. Elisabetta Belloni no estaría involucrada, "ocupada en otras tareas importantes", como subrayan fuentes destacadas cerca de Meloni.
Esos informantes desclasifican como "completamente infundada" la noticia que circula sobre una solicitud de reunión de Antonio Tajani precisamente para expresar su no a la hipótesis Belloni. También porque, según el razonamiento de los fieles a la primera ministra, "no tendría sentido vetar a un ministro que forma parte de Hermanos de Italia", el partido de Meloni.
Una narrativa, la del veto de Tajani, que, sin embargo, circula en los ámbitos parlamentarios en las últimas horas.
Entre otros representantes elegibles del partido mayoritario, que han circulado en las últimas semanas, se encuentran el viceministro Edmondo Cirielli y el presidente de la comisión de Asuntos Exteriores del Senado, Giulio Terzi di Sant'Agata. Pero ni siquiera estos dos nombres estarían realmente encaminados.
Las dudas dominan el escenario.
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