"Creo que el transhumanismo es una realidad, no creo en el posthumanismo.
Hay diferencias fundamentales entre máquinas y
humanos", explica el directivo, "las máquinas están en el mundo
determinista, en el mundo de la física clásica, en el mundo en
el que realmente respondes a leyes matemáticas y todo es -si
conoces todas las variables- reproducible".
"El ser humano, en cambio, está en un mundo cuántico, señala
Di Cesare, »en un mundo donde rigen la conciencia y el libre
albedrío.
Cada ser humano es único e irreproducible y también
hay diferencias en la forma de aprender y experimentar el mundo:
el ser humano tiene una experiencia directa que las máquinas no
tienen. Una máquina no puede saber a qué sabe una cereza porque
nunca lo ha experimentado. No sabe lo que es la ansiedad, aunque
la describa bien, nunca la ha experimentado".
"El ser humano tiene una intuición -continúa- que hoy no
tienen las máquinas. Es capaz de crear teorías que rompen
moldes, de crear nuevos paradigmas. Así, la manzana cae sobre la
cabeza de Newton y yo entiendo que es la fuerza de la gravedad.
Comprendo que la Tierra no está en el centro del universo,
comprendo que la gravedad es más bien la curva del
espacio-tiempo, así que soy capaz de crear teorías que rompen
con el statu quo. Hoy en día, las máquinas no son capaces de
crear teorías científicas, son capaces de hacerlas evolucionar,
de conocerlo todo y de crear, de generar contenidos coherentes
con el mundo que conocen".
Por otra parte, Di Cesare recuerda que, pese a que la
inteligencia artificial es uno de los grandes temas de
actualidad, existe desde hace casi un siglo.
Sin embargo, hoy se habla mucho de ella al menos por un par
de razones: tanto porque por primera vez la IA toca "el
lenguaje, base de nuestra evolución y precisamente del ser
humano", como porque "técnicamente es la primera vez que un
algoritmo es capaz de realizar múltiples tareas".
"El lenguaje, explica Di Cesare, es algo propiamente humano.
Sólo la raza humana tiene un verdadero lenguaje, que es la base
de su evolución cultural, de las teorías, de todo lo que somos
hoy. Es lo único realmente cercano al ser humano y a la
inteligencia". Y aunque el lenguaje es algo propiamente humano,
también está estrechamente relacionado con la inteligencia.
"Tenemos, por ejemplo, estudios que demuestran que el
cociente de inteligencia de la humanidad está descendiendo por
primera vez en mucho tiempo", señala el directivo. Gran parte se
atribuye a que el vocabulario, la riqueza del lenguaje, está
disminuyendo. Probablemente esto también esté relacionado con
las redes sociales, apuntan esos estudios.
"La gente escribe y lee poco, usa emojis, acorta los textos,
la complejidad del pensamiento y la inteligencia se están
reduciendo. Así que, en la medida en que hemos inventado una
inteligencia que puede hablar sin diferenciarse de lo humano y
toca de cerca el lenguaje, lo vivimos como algo muy humano y
parecido a lo inteligente", explica.
"Por otro lado, técnicamente es la primera vez que un
algoritmo construido para hacer una cosa es capaz de entender el
contexto, el mundo, y tener otras habilidades, como traducir,
desarrollar códigos informáticos. Nunca antes había ocurrido. Y
todavía no sabemos muy bien cómo ocurre, tenemos que
averiguarlo", comenta Di Cesare, señalando que "la IA siempre ha
sido algo específico, capaz de hacer una sola cosa y bien, y
hasta ahora no era capaz de hacer otras tareas que aquella para
la que fue diseñada".
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