Estos son los datos de la encuesta Arianna (Adherencia a la dieta mediterránea en Italia), realizada por el Instituto Superior de Salud, difundida con motivo del Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre) y publicada en la revista Frontiers in Nutrition.
"La literatura científica reciente muestra un alejamiento general de los modelos dietéticos tradicionales en las poblaciones mediterráneas, incluida la italiana, y una adherencia baja a moderada a la dieta mediterránea en los países mediterráneos en los últimos 10 años", explica Marco Silano, director del Departamento de Enfermedades Cardiovasculares, Trastornos Metabólicos y Envejecimiento del Instituto Superior de Salud (ISS).
"Con los fenómenos de urbanización e industrialización, de hecho, se ha producido una verdadera transición nutricional, caracterizada por una desviación cada vez más evidente de este modelo dietético y, al mismo tiempo, una occidentalización de hábitos alimentarios", señala.
La dieta mediterránea es un régimen equilibrado en variedad y estacionalidad y caracterizado por alimentos capaces de aportar todos los nutrientes necesarios. Sin embargo, aún hoy alrededor de 2.800 millones de personas en el mundo no tienen acceso a una nutrición adecuada a sus necesidades para llevar una vida sana.
"Uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo está representado por la coexistencia de diversas formas de malnutrición, hasta el punto de que constituye una triple carga para el hombre (la llamada triple carga de la malnutrición)", sostiene Marco Silano.
"En las últimas décadas Hemos sido testigos de un rápido aumento del exceso de malnutrición, con la consiguiente aparición cada vez mayor de enfermedades crónicas no transmisibles y de mortalidad por todas las causas. De hecho, en todo el mundo, aproximadamente 2.500 millones de adultos y 37 millones de niños menores de cinco años tienen sobrepeso", afirma.
También hay aproximadamente 1.600 millones de mujeres y niños que padecen el llamado "hambre oculta".
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