Desde hoy sólo podían desembarcar en la isla de Capri los residentes, pero no los turistas: así lo estableció una ordenanza urgente emitida por el alcalde, Paolo Falco, debido a la falla de la tubería de agua que abastece a la isla.
Sin suministros, subrayó Falco, "es imposible garantizar los servicios esenciales teniendo en cuenta las 'miles de personas' que se desplazan a la isla cada día durante la temporada turística.
Actualmente, todavía hay suministro de agua en la mayor parte de la isla.
Algunas zonas aisladas del municipio de Anacapri están secas.
Sin embargo, sólo los embalses locales abastecen la red, que, ante la falta de suministro de la tierra firme, amenaza con agotarse.
Las administraciones municipales de Capri y Anacapri crearon una unidad de crisis conjunta, en la que también participa la asociación de hoteleros para gestionar la emergencia hídrica provocada por la avería del oleoducto que abastece a la isla.
Además, había estrictos controles policiales en Marina Grande, el pueblo costero parece inusualmente desierto para un caluroso sábado de junio
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