Un balance dramático que se actualiza diariamente. Las cifras de suicidios en las cárceles de Italia son alarmantes: desde principios de año, al menos 44 reclusos ya han decidido quitarse la vida.
Cifras actualizadas al 20 de junio y dadas a conocer por la Garante Nacional de los Derechos de las Personas Privadas de la Libertad Personal que confirman una tendencia que ya se ha manifestado en los últimos meses: respecto al mismo período del año pasado, son 10 episodios más. Hasta junio de 2023, se habían registrado 34 suicidios en las penitenciarías italianas, mientras que a finales de junio de 2022 se habían registrado 33.
Analizando los datos personales, la gran mayoría de las personas que dieron el paso extremo fueron hombres (42) mientras que hubo dos mujeres. Se trata de 24 sujetos de nacionalidad italiana y 20 extranjeros, procedentes de diferentes países. La edad media ronda los 40 años.
En cuanto a la situación jurídica de los 44, según se desprende del análisis realizado por el Garante, 18 "habían sido juzgados y condenados definitivamente, mientras que 5 tenían una posición denominada mixta con definitiva, es decir, tenían al menos una condena definitiva y otros procesos penales en curso.
Se encontraban en espera de primer juicio 17 personas (39,5%), 2 recurrentes, 1 recurrente y 1 internamiento provisional", afirma el Garante.
La mayoría de las personas que se quitaron la vida en prisión estaban acusadas o habían sido condenadas por delitos contra la persona (24% o 55%). Diez fueron acusados de asesinato (intento o cometido), seis de abuso doméstico y cuatro de violencia sexual.
La emergencia del suicidio sólo puede superponerse a la del hacinamiento en las cárceles. Según los últimos datos, actualizados al 12 de junio, actualmente hay 61.468 presos.
"Las plazas disponibles habitualmente ascienden a 47.067 -explica el garante-, frente a la capacidad reglamentaria de 51.221. De investigaciones posteriores se desprende que esta criticidad se debe a la inutilización actual de varias habitaciones para pasar la noche y, en algunos casos, de secciones enteras de detención (como por ejemplo en la prisión de San Vittore en Milán, donde el índice de hacinamiento es del 230,79% y es el Instituto que ostenta el récord de 190).
A nivel nacional, la criticidad sobreexpuesta determina un índice de hacinamiento del 130,59%", añade el garante.
El Ministro de Justicia, Carlo Nordio, afirma que "la superpoblación es el resultado de décadas de sedimentación, no es una solución inmediata, pero excluye el indulto que, en su opinión, representaría "una rendición del Estado".
El ministro, hablando en una manifestación en Taormina, identifica penas alternativas como el camino a seguir: "Formas de cumplir las penas en la comunidad, ya que los drogadictos son personas enfermas y no delincuentes. Además, dado que los extranjeros representan la mitad de los presos, sería apropiado seria oportuno que cumplan sus penas en sus países de origen, ya habríamos solucionado gran parte de este problema", afirmó el jefe del departamento de vía Arenula.
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