Su victoria se produjo luego de que el otro candidato, el presidente rumano Klaus Iohannis, se retirara de la carrera y confirmara su respaldo al líder neerlandés.
Así, el próximo 2 de octubre Rutte asumirá el cargo y se convertirá en el cuarto dirigente neerlandés en la historia de esta organización militar.
Y si, en teoría, la Alianza Altántica puede actuar de forma autónoma en cualquier momento, es probable que espere a la cumbre de Washington, prevista entre los próximos 9 y 11 de julio, para rendir homenaje Jens Stoltenberg, cuyo liderazgo se define como "ejemplar".
En cualquier caso, Rutte no tomará posesión del cargo hasta el 2 de octubre, día en el que expira el mandato (prorrogado) del exprimer ministro noruego.
Para Rutte, que en Holanda se ganó el apodo de "Teflon Mark", porque ningún escándalo se adhería a su carrera política, esta es la culminación internacional de una larga carrera política, que comenzó en 2002, tras sus años como directivo en Unilever.
El paso más importante se produjo pronto, con su nombramiento como primer ministro en 2010, el primero en llegar a las filas del Partido Liberal después de 92 años en la sala de espera.
Desde entonces, "Teflon Mark" supo mantenerse firme a pesar de las coaliciones gubernamentales variables y de la suerte alternada en las elecciones electorales, hasta el 7 de julio de 2023, cuando dimitió, a raíz de la crisis provocada por la gestión de la migración.
Por su parte, Stoltenberg dejará el cargo tras una década como rostro de la OTAN y siendo uno de los dirigentes más relevantes de su historia, al abordar importantes cambios en la alianza.
Ante la que es la mayor amenaza a la seguridad euroatlántica en décadas como es el conflicto entre Rusia y Ucrania, la OTAN acordó durante su mandato renovar su postura militar y crear ocho batallones de combate en el flanco oriental.
También decidió apoyar fuertemente a Ucrania para hacer frente a la invasión rusa e incorporar a Montenegro, Macedonia del Norte, Finlandia y Suecia como nuevos miembros.
En cuanto a Rutte, su capacidad para encontrar compromisos y salir adelante en situaciones políticamente imposibles jugó a su favor, a pesar de su reputación como un halcón de la austeridad con quien, por ejemplo Italia, tuvo que lidiar muchas veces en las mesas de Bruselas.
Además, en plena crisis entre el expresidente estadounidense, Donald Trump, y la vieja Europa, el magnate tuvo palabras halagadoras para él: "¡Me gusta este tipo!".
En ese caso, Rutte puede ser un buen seguro de vida en caso de que Trump regrese a la Casa Blanca.
Sin embargo, hubo otros factores en su contra y tensiones, como el bajo gasto militar de los Países Bajos (luego corregido) y luego el desacuerdo con Viktor Orban por sus polémicas declaraciones sobre el Estado de derecho en Hungría.
Pero "Teflón" supo salir una vez más airoso, dejando el honor a un lado y pidiendo disculpas al húngaro por cosas del pasado.
Le tocará dirigir a una OTAN vuelve a ocupar un lugar central en Europa, cuando soplan vientos de guerra, ante los cuales se necesita sangre fría y una mente clara.
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