Las esperanzas que desde hace semanas se centran en el plan apoyado por Estados Unidos para un acuerdo sobre el alto el fuego y la liberación de los secuestrados, que no logra encontrar una solución debido a la posición de los milicianos palestinos, definida por el presidente estadounidense Joe Biden en el G7 como "el mayor obstáculo" para el acuerdo. Mientras, en la Franja continúa la ofensiva israelí sobre Rafah y continúan las tensiones en el norte con el Líbano, desde donde prosiguen los ataques de Hezbolá con decenas de cohetes sobre la Alta Galilea.
Además de las oscuras declaraciones sobre el destino de los rehenes capturados el 7 de octubre, Hamdan reiteró en una entrevista con CNN la posición de Hamás sobre la propuesta de alto el fuego promovida por Estados Unidos y apoyada por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU: el grupo palestino necesita" una posición clara de Israel para aceptar el alto el fuego, una retirada completa de Gaza y dejar que los palestinos determinen su propio futuro, la reconstrucción.
Entonces estaremos dispuestos a hablar de un acuerdo justo sobre el intercambio de prisioneros".
Los comentarios de Hamdan son la señal pública más clara hasta el momento de la posición de Hamás, que se ha mantenido prácticamente sin cambios en las recientes negociaciones fallidas. Y a medida que pasan los días, crece la preocupación de que no llegue el punto de inflexión en las negociaciones esperado por Occidente, mientras el G7 expresa su apoyo al plan de Biden y "reitera su llamamiento a Hamás para que acepte la propuesta" de cesar el fuego. "El mayor obstáculo es que Hamás se niega a firmar", afirmó el presidente estadounidense, y subrayó que ahora "queda por ver si el acuerdo se materializará o no".
Mientras el optimismo sobre el acuerdo se desvanece, la guerra continúa en la Franja, donde continúan el asalto israelí a Rafah y los bombardeos en el centro del enclave, mientras la agencia de Naciones Unidas UNRWA acusa a Israel de impedir la entrega de ayuda a la población palestina. Pero es la frontera norte de Israel la que centra ahora los temores de una escalada: continúa el lanzamiento por parte de Hezbolá de decenas de cohetes contra los territorios del norte del Estado judío.
Según las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI), el grupo chiita lanzó 35 cohetes contra los territorios de Kiryat Shmona y la comunidad de Kfar Szold. Algunos fueron interceptados mientras caían provocando daños e incendios. En respuesta, el ejército israelí afirmó haber atacado posiciones de Hezbolá.
Las tensiones preocupan al G7 y, en un intento por resolver la crisis, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha evocado "una trilateral Israel-Estados Unidos-Francia para llevar adelante la hoja de ruta" propuesta por París para aliviar las tensiones. Una perspectiva bruscamente rechazada por el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, según el cual Francia "ha adoptado políticas hostiles contra Israel" e "ignora las atrocidades cometidas por Hamás".
Pero las declaraciones de Gallant no son compartidas por todo el gobierno de Benjamin Netanyahu y no gustaron al Ministerio de Asuntos Exteriores del Estado judío, que "desaprobó" las palabras del jefe de Defensa, calificándolas de "inapropiadas". Y recordó el papel activo desempeñado por París en defensa de Israel y contra el antisemitismo.
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