De su presión total no solo sobre los grupos parlamentarios, sino también sobre los dirigentes.
De hecho,
serán los primeros en decidir. Serán ellos quienes, ya el lunes
por la tarde, en el Consejo Europeo informal convocado para
cenar, hablarán sobre la posibilidad o no de apoyar el "bis" de
la presidenta de la Comisión Europea.
En la Cámara Europea, sin embargo, ya ha comenzado el ir y
venir de líderes de grupo, nuevos funcionarios electos y
mediadores de larga data. Y la presidente saliente de la
Comisión no perdió el tiempo. Se reunió con la líder de los
socialistas, Iratxe García Pérez, fiel a lo que había dicho: las
negociaciones para los puestos más altos empiezan en el Grupo
S&D (Socialistas y Demócratas).
Los socialistas han confirmado su línea: hay apertura
hacia Úrsula, pero sin cheques en blanco. "La línea roja es la
alianza o negociación con la ultraderecha de ECR (Conservadores
y Reformistas) e ID (Identidad y Democracia)", subrayó García
Pérez.
Las presiones de Von der Leyen comenzarán ya en Borgo
Egnazia, el bello poblado de Puglia que albergará el G7, en los
descansos que la Cumbre ofrecerá a los líderes europeos. No es
seguro que Emmanuel Macron, Olaf Scholz y Giorgia Meloni hablen
de puestos de alto nivel. "En el pasado, los acuerdos
estipulados al margen del G20 o del G7 han creado más tensiones
que soluciones porque hay pocos "países" representados",
explicaron fuentes comunitarias.
Sin embargo, a los cuatro líderes les resulta difícil no
tocar el tema. También porque poco después tendrá lugar la tan
esperada cena de jefes de Estado y de Gobierno. Será en Bruselas
el 17 de junio y se dividirá en dos partes. En el primero se
repasarán los resultados de las elecciones europeas y en el
segundo se hablará de acuerdos y designaciones. Von der Leyen
solo estará presente en la primera vuelta, explicaron fuentes de
la UE, cerrando un paréntesis muy espinoso en el que Charles
Michel y Von der Leyen volvieron a la pelea.
De hecho, el presidente del Consejo Europeo, con el apoyo
de algunas cancillerías, había anticipado que consideraba
apropiado que la exministra alemana no participara en una cena
en la que se discutiría su posible confirmación.
"La presidenta de la Comisión forma parte del Consejo
Europeo, por lo que esperamos que esté presente en la cena",
señaló la portavoz del ejecutivo de la UE, Arianna Podesta. Al
final, en la reunión de los Representantes Permanentes de los 27
se llegó a un compromiso que quizás a Michel le guste más que a
Von der Leyen.
Que ya habrá una decisión clara sobre Von der Leyen el 17
está lejos de ser un hecho. Por supuesto, los resultados
electorales beneficiaron a la alemana, pero el riesgo de un
rechazo en el pleno de julio persiste y los dirigentes deben
tenerlo en cuenta. Von der Leyen hablará ante el grupo del PPE
(Partido Popular) el miércoles por la mañana y pedirá unidad que
el giro "lepenista" de los republicanos podría debilitar.
La delegación francesa, junto con la eslovena, en los
cálculos de la postulante a seguir al frente de la Comisión, ya
está incluida en la categoría de "francotiradores". En teoría,
la mayoría de Ursula tiene 40 eurodiputados más que el umbral de
360, lo que no es necesariamente suficiente. Esta es también la
razón por la que Manfred Weber y Von der Leyen no cerraron la
puerta ni a los Verdes ni a la italiana Giorgia Meloni.
El riesgo es que al extender la manta hacia los primeros,
se pierda a representantes del PPE y de Renovación. Sin
embargo, si se vira hacia la primera ministra italiana, se
encontraría un muro de socialistas y liberales. Pero, por
supuesto, una alianza formal entre el PPE y el ECR es una cosa
que nunca será aceptada por los aliados proeuropeos del Partido
Popular.
Mientras tanto, en el Parlamento UE se ha iniciado la
búsqueda de futuros grupos. El PPE aspira a superar los 190.
Renew, en tercera posición, corre el riesgo de ser superado por
la derecha. Varios partidos nuevos podrían unirse al grupo
Identidad y Democracia, al que probablemente regresará AfD tras
la expulsión de Maximilian Krah.
Pero en la derecha las maniobras son muchas e
impredecibles. Fuentes parlamentarias explican que los polacos
del PiS estarían cada vez más descontentos con la convivencia
con FdI (Hermanos de Italia, el partido de Meloni) y podrían
optar por la ID. Las mismas fuentes predicen un camino inverso
para Chega (Basta, de Portugal). Mañana los portugueses estarán
en la Eurcamera, en el encuentro de la extrema derecha con
Matteo Salvini (el viceprimer ministro italiano) y Marine Le
Pen, convertida en absoluta autoridad en el ámbito
parlamentario.
Salvini intentará relanzar el plan de grupo único, pero
la hipótesis parece bastante remota. Y, quizás, en este momento
Meloni no lo necesite en absoluto para su partido en Europa.
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